Analizando la palabra patriota me viene a la mente una cuestión que me pregunto: ¿Soy yo patriota?
Y es que, más allá de los colores de la bandera, que parece es lo único que importa y por lo que algunos se hacen llamar así: ser patriota significa querer lo mejor para tu país.
Ser patriota significa que el dinero de los impuestos que pagamos se destinen principalmente a tener una sanidad y educación pública de calidad, sin recortes, que se derogue la reforma laboral que perjudica tanto a los trabajadores y solo beneficia a esos «grandes patriotas empresarios» que están encantados de ganar dinero a costa de los bajos salarios, y que en lugar de pagar sus impuestos en su «Patria España» se llevan el dinero a paraísos fiscales para evadir impuestos.
Por lo tanto,
El condenar la corrupción de los partidos y exigir que los corruptos y ladrones vayan a la cárcel, y también criticar el rescate de autopistas y bancos con dinero público, antes que dar de comer al pueblo; ¿es ser antipatriota?
El manifestarte animalista porque no entra en tu cabeza por qué se utiliza a los animales como forma de diversión maltratándolos ¿es ser antipatriota?
El criticar esa campaña antiinmigración que se han inventado con fines populistas, cuando la mayoría de los inmigrantes paga sus impuestos como yo, y con su trabajo ayuda a pagar las pensiones de nuestros mayores ¿es ser antipatriota?
Por cierto, ¿Quién se atreve a decir que un ser humano sea ilegal?
Querer una jefatura del Estado elegida democráticamente por el pueblo ¿es ser antipatriota?
Exigir que se cumplan los artículos de esa querida Constitución de la que presumen algunos ¿es ser antipatriota?
Y así seguiría escribiendo una larga lista de cosas “antipatriotas”.
Por lo tanto, si el llevar una pulsera con determinados colores o colgar en un balcón la bandera de España en vigor, es el único símbolo de patriotismo para algunos y es lo que realmente les preocupa, sin atender a lo que anteriormente me he referido; perdónenme y sin ánimo de ofender, creo que estos “patriotas”, deberían de echar mano de tiempo para reflexionar su patriotismo. Para mí, y sospecho que para muchos otros, esos son los verdaderos antipatriotas.
Concluyendo mi opinión: Mi patriotismo no necesita ni se basa en adorar y fanatizar a una bandera. Sino que ese amor a la patria, se basa en la lucha por conseguir y aspirar a lo que es realmente importante en mi país: un pueblo con más y mejores derechos y libertades en base a la democracia, a la participación y a los deseos de este, de aspirar a ser un pueblo con futuro y dignidad.