La Consejería de Educación, Cultura y Deporte ha presentado esta semana a las organizaciones sindicales las instrucciones para la configuración de las plantillas orgánicas de los centros educativos para el próximo curso.
A tenor de estas instrucciones, el actual gobierno de Castilla-La Mancha terminará su mandato con los mismos niveles de ratios que se encontró al llegar, tras los recortes del PP, en toda la enseñanza secundaria; y con pequeñas reducciones parciales en Primaria.
Las ‘instrucciones’ tampoco contemplan reducciones de horas lectivas, ni en los cuerpos de maestros/as ni en los de enseñanzas medias, a pesar de la inminente derogación del decreto 14/2012 de recortes educativos, ya anunciada por el Ministerio de Educación.
A medio año del final de la legislatura, estas instrucciones constatan la renuncia del actual Gobierno a aproximarse, siquiera, al cumplimiento de sus compromisos. Las demandas de la comunidad educativa han quedado relegadas de sus prioridades políticas y presupuestarias.
Ocho años después de los primeros hachazos del PP a la Enseñanza Pública de CLM, tres años y medio después de cambiar de Gobierno, apenas hemos avanzado unos centímetros y, lo que es peor, la consejería nos ha dejado muy claro que ya no va a dar ni medio paso más en lo que resta de legislatura.
Este fracaso de la consejería de Educación tiene eco también en la labor de los sindicatos que hemos integrado las juntas de personal y que hemos representado a los docentes en las mesas de negociación.
Tampoco nosotros, los sindicatos, hemos podido obligar al Gobierno PSOE-Podemos a situar en el centro de su agenda la recuperación del empleo destruido, de los derechos laborales recortados y de la calidad educativa degradada por el PP.
La complacencia y la aversión a la movilización de unos, la tendencia de otros a la algarabía inane, ha restado fuerza a las reivindicaciones sindicales, no han conseguido el suficiente respaldo del colectivo de docentes, no han logrado trasladar a la sociedad las acuciantes necesidades de la Enseñanza Pública.
En consecuencia, por acción u omisión, cada cual en la medida de su representatividad, también los sindicatos, y no solo el consejero y su equipo, somos responsables de que estos objetivos hayan quedado postergados en la mesa del Consejo de Gobierno.
El próximo 4 de diciembre tenemos elecciones en la enseñanza pública de CLM. El censo electoral lo conforman 27.386 docentes, 1.615 más que en las elecciones de 2014 pero aún muy lejos de los 30.779 que fuimos en el año 2010. Otra muestra más del retraso que llevamos en la reconstrucción de nuestro sistema público de enseñanza.
No es que no haya habido avances, de los que todos presumimos con razón o sin ella; pero que todos consideramos pequeños. La distancia entre los objetivos y los logros se mide con facilidad en la frustración de los/as docentes que, ocho años después, siguen atendiendo aulas abarrotadas y siguen sin recuperar derechos arrebatados.
Los sindicatos les presentamos ahora, como es nuestra obligación, nuestros ‘programas electorales’ para los próximos cuatro años. En folletos, notas de prensa, actos de campaña, alguno incluso en cuñas publicitarias… detallamos nuestras propuestas, nuestros objetivos.
Los nuestros, los de CCOO, se resumen en uno: volver a situar los problemas y las necesidades de la Enseñanza Pública en el centro de la agenda social y política.
Tenemos propuestas y tenemos fuerza y capacidad organizativa, sindical y jurídica para abrirlas paso. Con disposición permanente al diálogo y a la negociación; pero también a la presión y a la movilización. Con voluntad de acordar avances, pero con la misma determinación para afrontar el conflicto cuando sea preciso. En cualquier escenario, asumimos y asumiremos siempre nuestra responsabilidad en la defensa y promoción del colectivo al que representamos.
Creemos que nuestra trayectoria y nuestra práctica sindical avalan nuestro compromiso con la Enseñanza Pública y con las compañeras y compañeros docentes cuya vocación, profesión y entrega compartimos. Queremos su apoyo, su respaldo, su voto, para reforzar sus posiciones en la nueva etapa, sea cual sea el próximo Gobierno.