De Belorado a Agés.
Despertado por una extrajera molesta con sus ronquidos, Antonio envía la mochila a la siguiente etapa. Por la pierna. Un atinar.
El por qué del Camino: un viaje sin fecha de regreso, sin comodidades ni tecnología, austero, integrado en la naturaleza… O tal vez, la fascinación por el NORTE y los pueblos como Agés.
Con un boli nuevo, Antonio regresa desde el día siguiente, viernes de dolores, para contarnos el jueves en Agés.