Organizado por la Asociación Pro Música Guillermo González, el Auditorio López Torres de Tomelloso acogió un recital de arpa a cargo de María Rosa Calvo-Manzano. De nuevo estaba otra vez entre nosotros, ya que siempre (y así ella lo confesó) ha habido una relación muy especial de la solista con Tomelloso.
Comenzó hablando de la historia del instrumento, intentando transmitir al público los recursos y la dificultad del arpa. El programa recorrió el instrumento, desde la Edad Media y el Renacimiento hasta el nacionalismo musical español. El concierto estuvo dividido en 5 partes. La primera, titulada “Glosas y requiebros en la música de la Baja Edad Media y Alto Renacimiento” constó de improvisaciones sobre temas anónimos y en obras de Millán Narváez y Cabezón. El segundo capítulo se denominaba “Del Barroco europeo al primer Clasicismo arpístico”, con obras de Haendel y Nadermann.
“El arpa en el Romanticismo francés” fue el nombre de la tercera parte del recital y constó del “Estudio para concierto” del arpista belga Félix Godefroid y “Dos canciones sin palabras” de Johann Dubez. En la tercera parte, titulada “Las nuevas estéticas y el arpa” Calvo-Manzano tres piezas del francés Carlos Salzedo. El recital acabará con “El nacionalismo español. Una aproximación del arpa a la guitarra andaluza” que incluyó “Apunte bético” de Gerardo Gombau y “Dos piezas andaluzas” de la propia María Rosa Calvo-Manzano. Nada menos que cuatro bises tuvo que llevar a cabo la solista, dada la gran ovación que le brindó el respetable.
Mosaico del repertorio de arpa
Momentos antes del inicio del concierto, tras el ensayo y gracias a su paciencia y generosisdad, charlamos con la famosa arpista. Nos contó que ha venido muchas veces a Tomelloso, hasta el 2005 prácticamente todos los años, siempre de la mano de la Asociación Pro Música Guillermo González.
María Rosa Calvo-Manzano explicó que el programa es un mosaico del repertorio de arpa. Las obras originales más antiguas que interpretó son de la Edad Media. En aquella época era un arpa pequeña, de trovadores, relataba. En el Renacimiento el instrumento pasó a la corte, aunque también se usaba en la liturgia. En el Barroco fue un arpa de dos órdenes de cuerdas, un invento español muy notorio en su época ya que fue el gran paso para poder hacer todo tipo de modulaciones. Hasta entonces, señalaba, las arpas eran diatónicas y no se podía modular. De ahí se pasa al arpa de pedales que permite realizar ese tipo de modulaciones a través de los pedales, sin estar el intérprete condicionado a tocar en cuerdas distintas.
Después de ahí, el instrumento tiene un desarrollo y una evolución impresionante, señalaba Calvo-Manzano, primero un solo movimiento de pedal, después se le amplía la caja de resonancia, dotándole al arpa de una sonoridad magistral, apoteósica, señalaba. La evolución del instrumento culminó con la invención del pedal de doble movimiento en el siglo XIX. En ese sentido, señalaba la concertista, todo el siglo romántico es muy artístico, con un repertorio muy importante de grandes autores, no solo por compositores arpistas sino que los grandes compositores incorporan el arpa a sus obras.
Ella no eligió el arpa
María Rosa Calvo-Manzano nos contó que ella no eligió el arpa, fue su madre, cuando tenía cuatro la que dijo que ese el instrumento que quería que tocase “y hasta hoy”. No obstante, “enseguida me apasionó y arpa ha sido el motor de mi vida”.
Hay muchas obras para arpa y además, “me han compuesto a mí”. En ese sentido, Calvo-Manzano ha realizado una labor importante “he creado un repertorio actual implicando a los autores contemporáneos a que escriban para arpa para arpa”. Les ha enseñado “como eran las posibilidades del instrumento, la magia que tiene, todos los entresijos de las técnicas fabulosas que dan un colorido y una sonoridad magistral”. Los compositores lo han captado muy bien y María Rosa está muy contenta “porque he aportado al repertorio más de doscientas obras”.
Clavo-Manzano se dedica también a la musicología y nos anticipa que está acabando un importante trabajo sobre el arpa en España en los siglos XIX y XX. Es articulista y conferenciante “fundamentalmente de arpa, pero trato de aderezarlo con otros instrumentos y arte en general”.
María Rosa Calvo-Manzano ha sido catedrática numeraria de arpa del Real Conservatorio Superior de Música de Madrid durante casi cinco décadas. Estudiante brillante en su juventud, supo alternar carreras de distintas disciplinas. Así es graduada en arpa, piano, armonía, contrapunto y fuga, composición, acompañamiento al piano, música de cámara y folklore y musicología, además de licenciada en filosofía y letras, y doctora en arquitectura y en historia, ambos con la calificación de sobresaliente cum laude. Tiene una treintena de discos grabados y en el año 2000 convierte su patrimonio personal en Fundación con el fin de ofrecer a las generaciones ascendentes un fondo de instrumentos históricos y una biblioteca con más de 10.000 obras. En su madurez está siendo reconocida como una artista de prestigio internacional, embajadora de la cultura y arte españoles a nivel universal a través del instrumento que ella trata de divulgar a todos los niveles.