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Trapiello: “Uno tiene la impresión leyendo a Cervantes que estamos en la propia vida”

08 / 09 /12    DANI DUCH   MAGAZINE   ENTREVISTA   ANDRES TRAPIELLO
08 / 09 /12 DANI DUCH MAGAZINE ENTREVISTA ANDRES TRAPIELLO

PREGUNTA: Usted se ha acercado a Cervantes desde muchas ópticas literarias desde el ensayo, pasando por la biografía, novela hasta la traducción integra de El Quijote, ¿qué tiene Cervantes que le llama tan poderosamente la atención para volver una y otra vez sobre él? Y de forma concreta, ¿a qué se refiere cuando afirma que El Quijote no es una novela de literatura, sino de vida?

RESPUESTA: Quizá que sea el escritor menos escritor, el que está más cerca de la vida, y al mismo tiempo nos sorprende de él que todo aquello que mira lo hace de tal modo, que viene a ser un modo ejemplar, se da cierta ejemplaridad; y no solamente por el título de una de las novelas, sino que él veía en la realidad como una especie de máscara de la vida, y en ese sentido por eso decía que es el menos escritor de los escritores, y en cambio acaba siendo el más escritor de todos ellos. Precisamente porque trata de quitar a la literatura ese apresto que tiene de artificio o manierismo o de oficio, y él trata de acercar la literatura a la vida con un principio que ya otros habían hecho antes, que es hacer que la literatura sea lo más próximo o se acerque lo más posible al habla de la gente y que el habla de la gente, que es el habla de la naturalidad sea la que constituye la literatura. Por por eso, a veces tenemos la impresión leyendo a Cervantes de que no estamos leyendo un libro, sino que estamos en medio de la propia vida.

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P. ¿Cuál es el objetivo último que persigue con esta traducción?

R. El objetivo es que todo el mundo lea El Quijote en su lengua original, pero la experiencia y el Centro de Investigaciones Sociológicas dicen que seguramente el 95% de los españoles no lo ha hecho porque para ellos la obra está escrita en una lengua primero que no hablamos ya, y que muy pocos entienden, y en segundo término que el esfuerzo que exige para ser leído por lo menos por el 95% de los españoles es muy superior al interés que tendrían en hacerlo. Y al contrario de lo que le sucede al resto de lectores de El Quijote, que lo leen en otras lenguas traducidas como el francés, el inglés, ruso, etc., a los españoles se les obligaba a leerlo en esa lengua, que como digo no entienden. Claro, ése era un hándicap enorme, pero al mismo tiempo los españoles tenemos una grandísima ventaja sobre los demás lectores del mundo, y es que podemos leer El Quijote en una lengua que es la que más cerca está de nuestra propia lengua, es decir, la lengua de Cervantes está mucho cerca de nuestro castellano actual que del francés, inglés o chino y esto hace que nosotros la entendamos mejor, y que cualquier persona que lea hoy El Quijote traducido al español vaya a leer una versión mucho más fiel del original que cualquiera que están leyendo gente cultísima que no lee en español.

P. En este sentido, usted ha afirmado que aunque todo el mundo sabe quién es El Quijote, vagamente tiene una idea de lo que representa…

R. La segunda parte responde al signo de nuestros tiempos, digamos que nuestra cultura es una cultura bastante formalista, bastante manierista, que se fija o se ha fijado en aspectos de El Quijote más bien formales, metaliterarios o de pericia narrativa, pero nos hemos olvidado un poco de la razón de ser de El Quijote, de la mirada de Don quijote y sobre todo de su pulso, ese modo de contar el mundo sin queja, de aceptar su destino, y sobre todo, ver que hay alguien que tiene un ideal que es más que caballeresco, que es el ideal humanista por excelencia, que hace suyos siglos después la Ilustración, y que es respetar el principio de libertad, el principio de igualdad y el principio de fraternidad, es decir, Don Quijote es un ser libre; Don Quijote es un ser que se ve obligado, digamos por solidaridad, a defender a los más débiles y Don Quijote es de los que piensan que  nadie es más que nadie, si no hace más que nadie. Por tanto, esos ideales de Don Quijote están vigentes todavía.

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P. Por tanto, ¿cree que Don Quijote hoy en día moriría de la misma melancolía?

R. Este tipo de obras están vivas, y se muere de la misma manera, pero no por las mismas razones. Entonces, hoy uno encontraría más razones, que le agravarían más para  morir más melancólico, desde luego.

P. Tras 14 años con este proyecto, al finalizar ¿uno no se queda un poco huérfano?

R. He tardado 14 años, pero también tengo que decir que me lo ha pasado de miedo, ha sido una bendición porque también me ha ayudado muchísimo la traducción para escribir las dos novelas que hice durante ese tiempo para continuar El Quijote. Podría hacer un poco de literatura ahora por exagerar, pero no, no te quedas huérfano porque para el escritor ese trabajo está inmerso en otros muchos. Es cierto que da gusto terminar, estás un poco más en paz contigo mismo y más conforme porque culminas algo que era un poco penoso, en el sentido que exige mucha constancia y dedicación, pero la vida del escritor no acaba nunca. Éste sólo es un paso más en el camino que llevas.

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