La desnutrición tiene un impacto negativo sobre el éxito de los tratamientos oncológicos, ya que se asocia con un incremento de la toxicidad y de las complicaciones, lo que condiciona una peor tolerancia al tratamiento. Todo ello se traduce en peores resultados en términos de supervivencia global y supervivencia libre de enfermedad.
Una realidad en la que se basa el protocolo de manejo nutricional desarrollado por Prado Díaz Soriano, Ana Mª Santiyán y Beatriz Lozano, enfermeras del servicio de Oncología Rapioterápica del Hospital General Universitario de Ciudad Real, centro dependiente del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha.
El cáncer es la segunda causa de muerte en el mundo desarrollado. Su incidencia y prevalencia, sus diferentes variedades y localizaciones, estadíos, así como la agresividad de los tratamientos antineoplásicos hace del soporte nutricional especializado en el paciente oncológico uno de los pilares básicos de su cuidado.
Existen estudios que relacionan la pérdida de peso y del índice de masa corporal (IMC) con la disminución de la supervivencia y como factores independientes de otras variables pronósticas bien establecidas como el tipo de cáncer, el estadio y el performance status, explica Díaz Soriano.
El correcto estado nutricional “permite afrontar con mayor capacidad los problemas de salud”, añade. Las personas mal nutridas que debutan con alguna enfermedad están menos capacitadas tanto para superar la enfermedad, como para soportar los tratamientos asociados.
Además, en ocasiones un proceso de desnutrición conlleva la interrupción del tratamiento radioterápico, cuyo efecto influye negativamente en los resultados clínicos y reduce las tasas de respuesta al mismo. Todo ello conduce a una reducción del control local y de la supervivencia global. El motivo de estos “peores resultados se debe al fenómeno de repoblación celular acelerada que tiene lugar durante el periodo de interrupción” explica la enfermera especialista en Oncología Radioterápica. Durante la irradiación, las células neoplásicas continúan proliferando y las interrupciones del tratamiento impiden que la radioterapia haga su efecto sobre estas células de rápido crecimiento.
Reconocimiento internacional
El protocolo de manejo nutricional, que se implementó en el servicio en el año 2013, cuenta actualmente con 610 pacientes incluidos en este estudio. Un desarrollo que avala la proyección tanto nacional como internacional de este proyecto de cuidados enfermeros que ha sido reconocido en diversos congresos de la especialidad.
Entre ellos el Symposium Internacional de Intervención Nutricional Oral celebrado en la ciudad de Bogotá, Colombia, donde fue presentado recientemente en forma de comunicación oral por Prado Diaz Soriano, tras ser considerada una de dos mejores comunicaciones en el Congreso Nacional de las Sociedad Española de Oncología Radioterápica.
A nivel nacional, el protocolo ha sido valorado y presentado en el Hospital 12 de Octubre y el Hospital de la Paz en Madrid, en los que se ha puesto en valor el “papel clave que la Enfermería tiene en el diagnóstico, tratamiento y seguimiento nutricional en pacientes con cáncer.”, añade Prado Díaz.
Para el equipo de profesionales del área, añade la enfermera, “era un reto proporcionar un soporte nutricional a nuestros pacientes oncológicos, y a su vez realizar una adecuada monitorización”, con el fin de disminuir complicaciones prevenibles, estancias hospitalarias prolongadas y aumento de la morbi-mortalidad, impactando en la adherencia y en la respuesta a los tratamientos antineoplasicos instaurados y en la calidad de vida de los pacientes y cuidadores.