César Antonio Molina (La Coruña, 1952) fue ministro de Cultura y ha sido director del Instituto Cervantes entre los años 2004 y 2007. En 2005 el gobierno francés le nombró Caballero de la Orden de las Artes y las Letras y es un reputado cervantista. Profesor de periodismo en la Universidad Carlos III de Madrid, ha publicado más de 50 obras como poeta, prosista y ensayista. En la actualidad dirige la Casa del Lector de la Fundación Germán Sánchez-Ruipérez. Su conferencia se titula “Cuando Don Quijote resucitó”.
P-. El título de su conferencia hace referencia a la resurrección del Quijote, ¿podría explicar en qué consiste esta resurrección?
R-. No se puede resumir en unas pocas líneas. Se refiere a la “resurrección” que tuvo al salir de la Cueva de Montesinos. Es un tema que viene de la antigüedad y la Edad Media, si se puede volver del más allá y, si es así, qué es lo que se vio allí.
P-. ¿Se está “haciendo justicia” a Cervantes en la celebración del cuarto centenario de su muerte?
R-.El aniversario de Cervantes se ha llevado a cabo a la española, es decir, sin hacerle el más puñetero caso. Mientras que el de Shakespeare se ha llevado a cabo a la inglesa, es decir, con infinidad de miles de actos no solo en su país sino en todo el mundo. Eso es una de las muchas cosas que nos diferencian a los españoles de los ingleses. Y luego nos quejamos. Por eso iniciativas como ésta son muy de agradecer.
P-. ¿Cuál es el estado de ánimo con el que el lector debe afrontar la lectura del Quijote?
R-.El Quijote es la expresión máxima del lector. El Quijote es un homenaje a los lectores, a aquellos lectores que no solo leen sino interpretan lo leído y se implican en lo que están leyendo. Cervantes se adelantó en siglos a las teorías ensayísticas de la recepción que tuvieron una influencia fundamental durante el siglo XX. Cervantes sigue siendo un contemporáneo nuestro, por eso es un clásico.
P-. Usted tiene experiencia política, ¿por qué cree que las relaciones entre la política y el mundo de la cultura son tan tortuosas?
R-. La cultura es crítica y al poder solo le gusta que lo adulen. No hay cultura sin manifestar las inquietudes y preocupaciones de los ciudadanos.