Hoy, 8 de marzo, la localidad toledana de Olías del Rey acoge el acto institucional con el que celebramos el Día Internacional de la Mujer en Castilla-La Mancha; una jornada que sirve para recordar a la opinión pública mundial las desigualdades que aún existen entre hombres y mujeres y para revelarnos contra la discriminación, la injusticia y la incomprensión que sufren cada minuto de su vida muchas mujeres por el mero hecho de serlo.
A lo largo de la historia, la humanidad se ha engrandecido y ha avanzado gracias a mujeres valientes que lucharon y se rebelaron contra un papel de secundarias que, los convencionalismos, los prejuicios o la incultura, les asignaban en todos los ámbitos de la vida pública, desde el momento de su nacimiento.
Todas esas mujeres, honestas y comprometidas, trabajaron para que hoy disfrutemos de muchos derechos que a ellas les fueron negados y nos enseñaron que la verdadera igualdad entre los seres humanos y, desde luego entre hombres y mujeres, reside en la conquista de la libertad individual plena, sin exclusiones de ningún tipo.
Por ello, considero que la mejor labor que podemos desempeñar desde los poderes públicos para seguir su ejemplo y continuar luchando por la igualdad de oportunidades, debe concentrarse en dotar a las mujeres de los instrumentos que les pueden ayudar a sentirse libres a la hora de tomar sus decisiones. Y me estoy refiriendo a garantizar su acceso a la mejor formación y a todos los ámbitos del mercado laboral, en las mismas condiciones que sus compañeros y, por supuesto, a prestar todo el apoyo y todos los recursos de los que dispone el Estado de Derecho a las víctimas de la violencia de género.
Con este objetivo, el Gobierno regional ha adoptado medidas pioneras encaminadas a situar a las mujeres en el lugar que se han ganado con su esfuerzo, y no por el hecho de no haber nacido varones.
Así, en materia laboral, conscientes de lo difícil que resulta para las mujeres trabajadoras, autónomas y emprendedoras, conciliar la maternidad y la vida personal con su actividad profesional, desde el año 2011, el Gobierno regional ha promovido diferentes iniciativas y ayudas económicas para contribuir a lograr este reto.
Y es que, en la actualidad, una de las principales metas que debemos conquistar para lograr la igualdad real entre hombres y mujeres pasa por normalizar la conciliación entre la vida personal, familiar y laboral. Por ello, considero imprescindible que desde las instituciones y las empresas trabajemos de forma conjunta para compatibilizar el desarrollo profesional de las mujeres con su deseo de formar una familia, sin que ello tenga por qué suponer renuncia alguna, como lamentablemente, en muchos casos, viene sucediendo.
Para contribuir a este propósito, el Gobierno de Castilla-La Mancha tomó la decisión de crear un Distintivo de Excelencia en Materia de Igualdad para premiar y reconocer la labor de las empresas que sí promueven valores de igualdad entre sus trabajadores, tales como la equiparación de salarios de hombres y mujeres o el impulso y el apoyo de la maternidad.
Asimismo, precisamente, para proteger la maternidad, una de las medidas más ambiciosas que ha adoptado el Gobierno regional en el ámbito social ha sido el Programa Operativo de Apoyo a la Maternidad, que se enmarca dentro del Plan Estratégico de Ayuda a la Familia.
Dotado con un inversión de 43 millones de euros para los años 2015 y 2016, este plan ha sido aprobado para que, en nuestra región, la llegada de un hijo no se convierta en un motivo de incertidumbre ni de desasosiego para los futuros padres, sino en el acontecimiento feliz que representa.
Se trata, por tanto, de una medida ambiciosa y pionera que abarca diferentes líneas de actuación entre las que destacan: las Becas Mamá, de 150 euros al mes prorrogables durante 24 meses, a las que pueden acceder las futuras madres que se encuentran en situación de dificultad económica; la Red Regional de Apoyo a la Maternidad, diseñada para que los padres puedan recibir todo tipo de información que les ayude a prepararse para la llegada de su bebé; la puesta a disposición de las madres de dispositivos residenciales, que van desde viviendas compartidas a viviendas en régimen de autonomía o en condiciones de renta favorables; o la adaptación personalizada de los contenidos curriculares durante la gestación y en los primeros años de vida del niño, para que el embarazo no sea causa de fracaso o abandono escolar en el caso de las mujeres jóvenes.
Por otra parte, estoy plenamente convencida de que la consolidación de la igualdad tiene que venir necesariamente de la mano de la educación. Por ello, resulta crucial que sigamos perseverando en la importante tarea de educar a nuestros niños y jóvenes en el valor de la igualdad entre hombres y mujeres, tanto en el ámbito escolar como en el seno de la familia.
En suma, en Castilla-La Mancha, el Gobierno regional -a través del Instituto de la Mujer, que depende directamente de la Presidencia- lleva más de tres años trabajando e implantando políticas dirigidas a que la igualdad real, legal y efectiva, se convierta en uno de los pilares sobre los que se asiente el avance de nuestra tierra.
Una igualdad a la que, sin duda, con su ejemplo de vida, también contribuyó Santa Teresa de Jesús, cuyo nacimiento conmemoramos este año 2015. Su voluntad inquebrantable, la firmeza de sus convicciones y su hondura intelectual y espiritual hicieron de ella una mujer excepcional y adelantada a su tiempo que nos ha dejado un valiosísimo legado moral, religioso y cultural y, también, un ejemplo de vocación de servicio a los demás.
Finalizo como comenzaba, pidiendo a la sociedad en todos sus ámbitos que perseveren en la lucha por la igualdad plena entre hombres y mujeres porque, cuando lo consigamos, la humanidad habrá dado otro gran paso hacia su máximo desarrollo.