La Posada de los Portales de Tomelloso acoge hasta el próximo 12 de julio la exposición de los trabajos llevados a cabo en los Talleres Creativos de El Viejo Ciervo durante el curso 2014/2015, realizada con la colaboración del Área de Cultura del Ayuntamiento.
Rafael Rodrigo nos explicaba que después de los años que El Viejo Ciervo lleva impartiendo los talleres se va viendo una evolución de calidad en los alumnos, principalmente porque ellos van alcanzando mayor calidad como profesores y así son capaces de transmitir la idea del proyecto y que los niños se encuentren más cómodos trabajando.
Los alumnos están agrupados por edades, desde cuatro años. Con el grupo que Rafa trabaja hay adolescentes desde 12 a 13 años hasta jóvenes de 19. Han incluido a chicos y chicas de 13 con adultos porque sus necesidades creativas son más adultas, explicaba.
Nazaret Rodrigo, la otra mitad de El Viejo Ciervo, nos explicaba la metodología de las clases, a los alumnos se les plantean una serie de proyectos y ellos los acometen con su propia decisión, por ejemplo, animales y cada uno elige el animal y la técnica para realizarlo. “Les marcamos un poquito, pero con mucha flexibilidad”, ya que quieren que los chicos investiguen, prueben muchas técnicas, dibujen muchas cosas diferentes, que vean si les gusta más la ilustración, el dibujo, las manualidades, el volumen, que investiguen.
En los talleres de El Viejo Ciervo se incide más en la creatividad que en la técnica. Potenciar la creatividad, en todos los ámbitos, nos solo en los más relacionados con el arte, es uno de los pilares de los talleres.
Aseguraba Nazaret que ellos no les exigen a los chicos por la edad, sino por el talento. En ese sentido nos contaba que realizan proyectos con los alumnos que ellos, los profesores, llevaron a cabo con siete u ocho años más que lo chicos.
Los talleres se imparten por la tarde, de 4 a 8, es una actividad extraescolar, como deberían ser todas, aseguraba Nazaret, un sitio donde se aprende sin darse cuenta, de manera divertida. Rafa señalaba que hay alumnos a los que en clase se les nota la asistencia a los talleres, mejorando su caligrafía, su atención o el orden. Ven un folio en blanco de otra manera, señalaba Nazaret.
La exposición de este año presenta como novedad que las obras tienen “marcos de verdad”, en palabras de Nazaret. Agradecieron, para acabar, el esfuerzo que llevan a cabo por fomentar la parte creativa de los niños, que no todo el mundo tiene en cuenta, además de costear los marcos.
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