Tras consultar a la Logopeda infantil, ésta apunta algunas fases del tartamudeo normales en niños menores de tres años. Siempre y cuando no haya antecedentes genéticos. Describe que estas fases forman parte del desarrollo evolutivo normal, natural y sano. Prácticamente, todos los niños las pasan aunque, a veces, son poco evidentes o cortas y pasan desapercibidas. Pero otras veces, son más llamativas y los padres se asustan. Lo importante es tratarlas con naturalidad y no generar problemas donde no los hay. Como ayuda para manejarlas está la Psicología. Logopedia y Psicología, de la mano como veremos en el siguiente artículo.
Una de las claves para afrontar estas etapas de tartamudeo normales en el desarrollo evolutivo es gestionar las propias emociones de susto, angustia, miedo, ansiedad, etc. que surgen en los padres. Y controlar el lenguaje no verbal (el que se emite a partir de las caras, los gestos, el cuerpo en general). Aquí van tres “trucos” para esos papás que están en esta situación.
1) Dejar hablar tranquilamente al niño, acabar, que se tome su tiempo y después los papás deben contar hasta tres (tomarse tres segundos) antes de responderle. Así se aseguran de no interrumpirle ni anticipar lo que quiere decir. De este modo, puede ordenar sus ideas y encontrar las palabras. Después, se le responde con tranquilidad, como si no hubiera tartamudeado.
2) Si hay alguna situación donde se atasca más y a los papás les cuesta permanecer en ella manteniendo la mirada al niño, buscamos cualquier excusa para desviarla mientras le dicen por ej. –Iván, cariño, te escucho mientras recojo esto, doblo lo otro, guardo tal cosa, etc.
3) Mirar al niño al entrecejo. Al mirar este punto entre las cejas, pensará que le estáis mirando a los ojos, ya que así lo parece.
En general, es muy importante que el niño esté muy tranquilo, relajado, hay que intentar evitar contrariedades, situaciones estresantes y cualquier cosa que le aleje de su rutina. Pongo como ejemplo, el caso de un niño que iba a viajar de Madrid a su pueblo porque eran carnavales mientras tenía un pico álgido de tartamudeo. La Logopeda lo desaconsejó por completo ya que probablemente se iba a exaltar mucho y, por otro lado, la gente, con su mejor intención, le iban a corregir, anticipar sus respuestas si se atasca o decirle que tenía que hablar despacio. Esto es muy desaconsejable y puede ser el origen de un problema gratuito. Es más conveniente la rutina y tranquilidad hasta que se vaya superando la fase.
Conviene acunar mucho al niño mientras se le cantan canciones rítmicas como “luna lunera cascabelera, debajo de la almohada tienes la cena…”, etc. Si los papás disponen de mochila porta bebés, es súper aconsejable el uso de la misma acompañando los paseos de las canciones.
También son muy recomendables los libros de la colección Kalandraka para trabajar los ritmos en el lenguaje.
Por otro lado, existen investigaciones que hablan de una relación entre el movimiento de las manos (motricidad fina) haciendo plastilina, arcilla, cortando con las tijeras, rasgar papel, hacer plastilina, etc. mientras suena música clásica de fondo y la maduración de las áreas del lenguaje. En la misma línea, algunas investigaciones apuntan una relación entre la estimulación sensorial a través de las diferentes texturas (tocar harina y alubias con la mano, apretar y amasar pan, etc.) la música clásica y la maduración de las áreas del lenguaje. Por tanto, hay que practicar este tipo de actividad que se puede realizar fácilmente en casa.
La relajación es un punto fundamental para soltar la tensión del cuerpo, especialmente de los músculos de la cara y el cuello. Existen procedimientos de relajación muy eficaces, como el de Jacobson, adaptado a niños pequeños. También pueden servir métodos más caseros como el uso de una brocha de silicona recorriendo diferentes zonas del cuerpo, hacer cosquillas relajantes u ofrecer un largo baño. Y, por supuesto, recurrir a la risa y a la carcajada, que tiene muchos beneficios a la hora de relajar el plexo solar, los músculos de la cara, etc.
Si el niño acude a la escuela infantil, hay que hablar con las profesoras para trabajar paralelamente a la casa. Además, las profesoras suelen llevar a cabo estas dos pautas:
1) En la asamblea o espacio para la conversación no preguntan al niño directamente. Si quiere hablar, entonces hay que aprovechar su motivación, pero si no, nada, respetar su ritmo.
2) Cuando varios niños tienen que responder alguna pregunta de la profesora, ésta los nombra en el orden en que los niños hablarán. Con esto, se le ofrece al niño tiempo para ordenar su ideas, saber qué va a decir y buscar las palabras. Cuando llegue su turno, le sera más fácil y se sentirá más seguro.
Si eres un papá o mamá que está viviendo una situación como esta con tu hijo o hija, esperamos haberte ofrecido en este artículo cierta tranquilidad y pautas sencillas. Consulta con un Logopeda o Psicólogo para encontrar más recursos con que manejarte.