La Asociación de Empresarios de la Comarca de Tomelloso y Cáritas Interparroquial de Ciudad Real firmaron este miércoles el acuerdo por el que la asociación empresarial se integra en el programa Empresas con Corazón de la entidad católica.
Con la formalización del acuerdo, la AECT se convierte en Empresa con Corazón, prestando toda su infraestructura asociativa para hacerse eco de las acciones de Cáritas entre sus asociados. Así, por medio de la web, redes sociales y acciones presenciales, Cáritas explicará su trabajo a las empresas asociadas.
Empresas con Corazón es un innovador proyecto de colaboración con el que Cáritas busca implicar los agentes económicos en el desarrollo del bienestar social y sensibilizarlos hacia las acciones que realizan las entidades no lucrativas.
Las opciones de colaboración de cada empresa en el proyecto son muy variadas para que cada una escoja la mejor forma de ayudar en la medida de sus posibilidades. En este sentido pueden facilitar la incorporación al mercado laboral de las personas atendidas por Cáritas, ofreciendo un puesto de trabajo o el aprendizaje o perfeccionamiento de una profesión; puede realizar donaciones en especies (alimentos, ropa, muebles, menaje del hogar o equipamientos); donaciones económicas para las actividades generales de Cáritas o para un proyecto concreto; o bien hacer difusión de las problemáticas sociales en que trabaja Cáritas y de las actividades y campañas que desarrolla a través de los medios de comunicación de la empresa (intranet, web, revista…).
Para el presidente de la AECT, Antonio Sánchez, la firma de este acuerdo sustancia el compromiso y la responsabilidad social de los empresarios de Tomelloso. Como miembros de la sociedad, los empresarios no están al margen de las circunstancias de las personas, involucrándose (y más las épocas de dificultad) en acciones solidarias, señalaba Sánchez.
El resultado de esta colaboración mutua, explicaba la coordinadora del proyecto Empresas con corazón, Prado López, es conseguir mejorar la calidad de vida de las personas que lo necesitan, pero incluso para las propias empresas puede suponer una mejora de su imagen como empresas responsables, comprometidas socialmente e implicadas como miembros dinámicos de su entorno. Además, pueden obtener desgravaciones fiscales del 35 por ciento para personas jurídicas y del 25 por ciento para personas físicas.