Cerca de ciento treinta años de historia vinculada a la viticultura en La Mancha condiciona la configuración de un rico patrimonio cultural y de un tipo de paisaje asociado al viñedo que forma parte de nuestras vidas, y que quizá, por esa cotidianeidad, no se le da el valor patrimonial que tiene. «Existen paisajes vitivinícolas reconocidos como Patrimonio de la Humanidad. ¿Por qué Castilla-La Mancha no puede también hacerlo?». Es la voz del profesor de la Universidad de Castilla-La Mancha Ángel Raúl Ruiz Pulpón, quien junto con su colega María del Carmen Cañizares, mostrarán la riqueza patrimonial del paisaje del viñedo en la región a través de la ponencia «El Paisaje Cultural del Viñedo en Castilla-La Mancha», que se celebrará en FENAVIN el 12 de mayo a las 10 de la mañana.
«No siempre se le ha prestado la atención que merece», opina el profesor, «porque la viticultura se ha ocupado de la producción y de la comercialización, pero muy poco del valor escénico, patrimonial, cultural y turístico del viñedo». Con un objetivo claramente divulgador, los profesores llamarán la atención para aprovechar todo ese legado como recurso turístico para generar riqueza en el entorno.
Además del viñedo, que conforma un paisaje reconociblemente manchego, los docentes también se fijan en construcciones únicas, como el bombo, o en herramientas de labranza y molturación de la uva, como aperos, estrujadoras, pisadoras o tinajas. Elementos, «asociados a las tradiciones, a los oficios, el folklore, las creencias, los rituales… que es importante conservar para futuras generaciones», reivindica Ruiz Pulpón.
La ponencia forma parte de una línea de investigación que ambos profesores llevan desarrollando en los últimos años con el objetivo de poner en valor el paisaje del viñedo en la región. Para Ruiz Pulpón, estos estudios son clave para dinamizar el turismo de interior.
Tradición histórica
Uno de los vestigios más antiguos del viñedo en Castilla-La Mancha se encuentra en Valdepeñas, datado en el siglo VII antes de Cristo. Desde entonces y hasta la actualidad, las comarcas con más tradición en la producción del vino han ido dejando tras de sí todo un legado. Más de 27 siglos de historia que «hay que poner en valor para que la gente lo conozca y lo valore en su justa medida, porque se puede utilizar como activo turístico».
A lo largo de sus estudios, ambos profesores de la Universidad de Castilla-La Mancha destacan la importancia de distintos elementos, como las bodegas con lumbreras de Valdepeñas o los bombos de Tomelloso, por la racionalidad arquitectónica que presentan».
Ruiz Pulpón también destaca las labores de revalorización de los ayuntamientos, que han rehabilitado espacios y han fomentado la actividad turística.
FENAVIN: fundamental para fomentar la viticultura
FENAVIN acogerá la ponencia de los profesores de la UCLM porque ambos consideran que «es indispensable en una región con una cultura como la nuestra». Para Ruiz Pulpón, la Feria Nacional del Vino, que se celebrará entre el 12 y 14 de mayo en Ciudad Real, es importante que se celebre en «la primera región productora de vinos a nivel europeo, ya que favorece la comercialización y es esencial en la región por el tejido económico industrial que mantiene las empresas vinculadas con la producción».