Desde los albores del tiempo la humanidad ha mirado a las estrellas y se ha preguntado que habrá en esos pequeños puntos que titilan y brillan intermitentes en los cielos de nuestro mundo ¿Qué misterios habrá en la vastedad del universo en el que vivimos?
Las ansias de superación y conocimiento mezcladas con la llegada de la tecnología moderna permitieron, hace ya treinta y siete años, que los hombres lanzasen una pequeña nave llamada Voyager 1 (Viajero 1).
Este pequeño trozo de humanidad lleva casi cuatro décadas surcando el espacio y enviando a la Tierra constantes imágenes de los lugares que ha visitado. Su misión original era fotografiar y estudiar Júpiter y Saturno, dentro del nuestro Sistema Solar, pero tras ese éxito nuestra pequeña viajera siguió su camino, explorando regiones recónditas y lejanas más allá de Plutón.
Hace unos días se anunció que la Voyager 1 había dejado atrás el Sistema Solar y se adentraba en una zona llamada espacio interestelar, rumbo al centro de la galaxia. Actualmente la nave se encuentra a más de veinte mil millones de kilómetros de nuestro planeta y viaja a una velocidad de 57000km/h.
La pequeña y vieja online casino Voyager tiene el honor de ser el objeto creado por el hombre que más lejos ha llegado. Todo esto parece sacado de una película de ciencia-ficción, casi podemos imaginar a Luke Skywalker y sus amigos viajando de planeta en planeta, pero en esta ocasión ha realidad nos sorprende de igual manera.
La nave aún estará operativa hasta el año 2025, cuando sus baterías se agoten, pero aunque no recibamos sus señales, la Voyager seguirá avanzando portando en sus añejas tripas un disco de oro con sonidos e imágenes de la vida en la Tierra, saludos en 55 idiomas y música de diferentes culturas, toda una información para supuestas civilizaciones extraterrestres.
A los que me leáis espero que estas líneas os hagan mirar a las estrellas, al enorme manto negro que forma el cielo nocturno, y penséis que entre esa marea de millones de estrellas, planetas, galaxias y demás astros lejanos, se encuentra una parte de nuestro planeta Tierra, una parte pequeña es cierto, pero que ha llegado donde solo podemos soñar.
Me resulta emocionante saber que la humanidad es capaz de este tipo de proezas de modo que las últimas palabras de este artículo irán dedicadas a la Voyager 1:
No había nacido aún cuando dejaste mi mundo y no pude ver el principio de tu viaje, pero por fortuna he tenido el privilegio de conocer el mensaje de paz y esfuerzo que repartes por el universo, de modo que, pequeña viajera, estés donde estés, entre las estrellas ¡Suerte!