Hoy conmemoramos el Día Internacional del Trabajo y en esta jornada, como el resto del año, mi principal preocupación y recuerdo es para los hombres y mujeres de nuestra tierra que se encuentran en situación de desempleo y que, a buen seguro, observan el futuro con incertidumbre y desesperanza.
A todos ellos me gustaría transmitirles un mensaje de tranquilidad. Quiero que sepan que, desde que los castellano-manchegos nos otorgaron su confianza para dirigir la recuperación, no ha pasado un solo día en el que les hayamos olvidado o hayamos subordinado la toma de decisiones a un objetivo que no sea el de generar oportunidades que les permitan encontrar un empleo y sacar adelante a sus familias.
La determinación de mi Gobierno en la lucha contra el paro y la creación de empleo es incuestionable y estos objetivos y no otros constituyen el epicentro de nuestras políticas, porque nuestra principal preocupación ha sido, es y será siempre generar las condiciones necesarias para acabar con el drama del desempleo y convertir a Castilla-La Mancha en una tierra de oportunidades, rica, próspera y capaz de ofrecer un futuro estable a nuestros jóvenes.
La meta de alcanzar este objetivo y el convencimiento de que, entre todos, podemos conseguirlo han inspirado todas las medidas que hemos adoptado desde 2011 y hoy, sin ánimo de caer en el triunfalismo y desde el respeto que me merecen todos los paisanos que quieren trabajar y todavía no han podido conseguirlo, quiero trasladar a los castellano-manchegos un mensaje de optimismo ya que, su esfuerzo, unido al empeño del Gobierno regional y al de los empresarios y los autónomos, lejos de resultar estéril, comienza poco a poco a dar sus frutos, como así lo refleja la, todavía, tímida pero imparable mejoría que revelan los datos oficiales.
Como muestra de ello, esta misma semana hemos conocido las cifras de la Encuesta de Población Activa correspondientes al primer trimestre del año y lo cierto es que, desde la humildad y la cautela que exige la inasumible tasa de paro que aún soportamos, las conclusiones de esta encuesta reflejan sin género de dudas que vamos en la buena dirección y que nuestra región ha iniciado un camino sin retorno hacia la recuperación.
Hoy, en Castilla-La Mancha hay 11.200 desempleados menos que hace un año; 5.600 personas más están ocupadas con respecto al primer trimestre de 2013 y, a diferencia de los datos del conjunto de España, nuestra comunidad se sitúa como una de las únicas regiones del país que han incrementado su población activa, concretamente en 3.000 personas.
Hoy Castilla-La Mancha registra 2.689 autónomos y 1.925 afiliados más a la Seguridad Social que hace un año, y ya son siete los meses consecutivos que hemos encadenado con una tasa interanual negativa de paro.
Sin embargo, lo que verdaderamente demuestra que estamos ante la consolidación del cambio de tendencia es que, a estos datos de 2014, podemos sumar las cifras con las que cerramos el 2013. El pasado año Castilla-La Mancha se convirtió en la región de España donde más se redujo el paro, con 14.000 desempleados menos que en 2012.
Todo ello indica que nuestra comunidad ya ha despegado, algo harto difícil teniendo en cuenta la situación de la que partíamos, y lo más importante, confirma que hemos virado el rumbo cumpliendo con los objetivos de déficit y garantizado los servicios sociales básicos universales, gratuitos y de calidad en esta región.
Esto no habría sido posible sin el esfuerzo, la lealtad y el compromiso de toda la sociedad, del conjunto de hombres y mujeres que engrandecen esta región y se despiertan cada día con la firme intención de dar lo mejor de sí mismos y contribuir a mejorar Castilla-La Mancha.
No obstante, la confirmación de que vamos por el buen camino, lejos de generar autocomplacencia en el seno del Gobierno, supone un acicate para continuar trabajando todavía más por los castellano-manchegos porque nosotros sí sentimos y amamos a esta tierra y conocemos la realidad de nuestros pueblos y ciudades. Nosotros sí que somos sensibles ante las dificultades por las que atraviesan muchas familias y la incertidumbre con la que nuestros jóvenes vislumbran su futuro.
Estamos construyendo unos cimientos sólidos para que nuestro futuro nunca más quede hipotecado por una crisis: la formación de nuestros trabajadores sigue en aumento, nuestros jóvenes ahora están perfectamente preparados para incorporarse al mercado laboral, las exportaciones crecen muy por encima de la media nacional, el sector servicios y especialmente el turismo están en auge y el autoempleo y el emprendimiento se están posicionando como alternativas reales de acceso al mercado laboral.
Por todo ello, y aprovechando la efeméride del Día del Trabajo que celebramos hoy, termino como he empezado: trasladando un mensaje de confianza y de optimismo en el presente y en el futuro para todos los castellano-manchegos a los que no me cansaré nunca de agradecer su responsabilidad, su trabajo, su altura de miras y el amor que demuestran cada día por su tierra.
