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Campaña Día de las personas sin hogar 2014, por Cáritas Diocesana

Cartel Campaña Sin Hogar 2014

En el marco de la Campaña “NADIE SIN HOGAR 2010-2015”, Cáritas junto con otras entidades de apoyo a personas sin hogar desarrollan esta campaña que se celebra este año el día 30 de Noviembre con el lema “POR UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA. NADIE SIN HOGAR”.

Toda persona tiene derecho a vivir en plenitud y de forma integral su dignidad humana, independientemente de su nacionalidad, origen, pensamiento, etnia, edad y situación económica y social.

Así, la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la Carta Social Europea y la Constitución Española sostienen que toda persona tiene derecho a una vivienda digna y adecuada. El Parlamento Europeo en su Resolución de 2013 sobre la Vivienda Social establece que el acceso a una vivienda digna y adecuada constituye una obligación internacional que los Estados miembros debe tomar en consideración. Las personas en situación de sin hogar constituyen un grupo prioritario en la consecución de una vivienda social adecuada y digna.

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Hoy vivimos en una situación de emergencia residencial resultado de las políticas de vivienda no inclusivas, basadas en la inversión económica. La vivienda es desde hace décadas, un bien de inversión y no un derecho básico para poder realizar en plenitud la dignidad que todo ser humano tiene. Esta opción ha tenido como resultado la aparición de un numeroso grupo de personas y familias en situación de exclusión residencial y social que nunca ha podido acceder a ese derecho.

La vivienda es una herramienta fundamental para la vida en dignidad de la persona. Provee de un espacio físico que junto al desarrollo integral del ser humano nos proporciona un hogar, pero:

Torre de Gazate Airén
  • Hay más de 30.000 personas viviendo en situación de calle.
  • En 2003, un 3,3% de personas en nuestro Estado vivían en situación de hacinamiento.
  • En sólo cinco años, se han llevado a cabo en nuestro Estado más de 400.000 desahucios.
  • La gran mayoría de las personas afectadas por desahucio, afirma no tener otra vivienda, ni de propiedad, ni de alquiler, en la que alojarse.

La gran cantidad de desahucios que están teniendo lugar en nuestro país, representan sin ninguna duda el último y más sangrante eslabón del fracaso social de un sistema que ha estado sustentado en el desmadre de demasiadas cosas y en las carencias de otras muchas. Un sistema que se ofrecía aparentemente humano y por eso legítimamente tentador porque era un sistema basado en la venta de un futuro mucho más confortable económicamente, pero falto de ética y moral en quienes lo ofrecían, un falso y definitivo paraíso terrenal de cartón piedra. Un sistema en el que el dinero fue el único valor para comprar nuestra esperanza. Un sistema en el que los bancos ofrecían ese paraíso de una manera temerariamente frívola…Por eso estas entidades no están legitimadas moralmente para desahuciar.

  • Hoy tenemos tres millones y medio de viviendas deshabitadas, pero no han sido accesibles por su elevado coste o por hacerse en zonas donde no eran necesarias.

El Papa Francisco, con motivo del encuentro de movimientos populares dijo:

Trabajo y Techo. Lo dije y lo repito: una casa para cada familia. Nunca hay que olvidarse que Jesús nació en un establo porque en el hospedaje no había lugar, que su familia tuvo que abandonar su hogar y escapar a Egipto, perseguida por Herodes. Hoy hay tantas familias sin vivienda, o bien porque nunca la han tenido o bien porque la han perdido por diferentes motivos. Familia y vivienda van de la mano. Pero, además, un techo, para que sea hogar, tiene una dimensión comunitaria: es precisamente en el barrio donde se empieza a construir esa gran familia de la humanidad, desde lo más inmediato, desde la convivencia con los vecinos. Hoy vivimos en inmensas ciudades que se muestran modernas, orgullosas y hasta vanidosas. Ciudades que ofrecen innumerables placeres y bienestar para una minoría feliz…pero se le niega el techo a miles de vecinos y hermanos nuestros, incluso niños, y se los llama, elegantemente, “personas en situación de calle”. Es curioso como en el mundo de las injusticias, abundan los eufemismos. No se dicen las palabras con la contundencia y la realidad se busca en el eufemismo. Una persona, una persona segregada, una persona apartada, una persona que está sufriendo la miseria, el hambre, es una persona en situación de calle: palabra elegante ¿no? Ustedes busquen siempre, pero en general, detrás de un eufemismo hay un delito.

DESDE CÁRITAS PEDIMOS:

A las Administraciones Públicas:

  • Una política de vivienda que garantice el derecho y que prevenga y combata la vulnerabilidad y la exclusión residencial en nuestro Estado.
  • Que el Estado español ratifique la Carta Social Europea Revisada de 1996 donde se incluye el derecho a la vivienda en el artículo 31.
  • Realizar de forma urgente una reforma jurídica en el ámbito del alquiler y de los procedimientos de ejecución hipotecaria (desahucios).
  • Fomentar el alquiler social y la ocupación de viviendas vacías, de un Pacto estatal de vivienda.
  • Un nuevo ordenamiento en materia de urbanismo que posibilite ciudades en las que vivir dignamente felices y sanos.

A los medios de comunicación:

  • Incluir la mirada de derechos en las informaciones sobre personas sin hogar para facilitar la comprensión a toda la sociedad de que los derechos humanos son de todas las personas.

A la sociedad entera:

  • Tomar conciencia de que todos somos seres humanos, titulares de derechos. Y todas las personas somos igual de prioritarias en la garantía de los derechos ante las Administraciones Públicas.

En el año 2013 el Programa de Atención a Personas sin Hogar tuvo un coste de 1.287.666,31 €, y por ello, Cáritas Diocesana de Ciudad Real quiere hacer llegar su agradecimiento a las administraciones públicas e instituciones privadas que financian este programa y especialmente a los donantes anónimos y a la comunidad cristiana en general, que con sus aportaciones a través de la Campaña “Signo Permanente de Solidaridad. Compromiso prioritario” han hecho posible que Cáritas pueda seguir trabajando con las personas Sin Hogar.

Además, hay que añadir a estos recursos económicos invertidos, los recursos humanos. El trabajo no cuantificable de los 166 voluntarios, ¡siempre los voluntarios!, que desarrollan su trabajo en este programa, así como la dedicación generosa, apoyo y buen hacer de los 28 liberados del Programa.

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