Hasta el 2 de diciembre se puede visitar en la Sala CICATO de Tomelloso la exposición del artista Rogelio Garrido. En ella se puede contemplar la evolución de este pintor tomellosero que tiene a la luz como leitmotiv.
La muestra en la Sala CICATO es la primera que Rogelio presenta en Tomelloso. El artista, a pesar de estar metido entre pinceles toda la vida asegura que “llevo cinco años pintando” que es desde cuándo Rogelio ha considerado que su obra merecía la pena ser presentada al público. “Por ahora, no va mal”, señala.
Este año ganó un concurso convocado por el Hospital de Tomelloso. Le preguntamos que si se presenta a muchos certámenes de pintura “no, solo a algunos. Es que me tiene que gustar para concurrir a él”.
Hace escasos tres meses Rogelio Garrido expuso en Pontevedra por segunda vez, en Ciudad Real ha colgado sus cuadros tres veces. Próximamente tiene citas en cuenca en el mes de marzo, Alicante, Madrid y Barcelona.
Rogelio tiene a la luz como base de su pintura, dependiendo de ella hay un color u otro, además de cómo se pierden las formas en la luz. Su obra, asegura, tiene mucho dibujo, “lo que pasa es que se pierde con la luz”. En ese sentido señala que el cuadro está muy elaborado, tiene un boceto muy pensado, y luego “cuando está uno muy seguro ya arranca”.
En la exposición que nos reúne hay un poco de todo, explico, paisajes, retrato, “porque tampoco me puedo definir como retratista o paisajista, según me interese lo que vaya a pintar me da lo mismo, con tal de que me llame la atención la luz”. En esta muestra está toda su evolución “desde que empecé hasta ahora”. Rogelio Garrido ha ido ganado en luz y perdiendo en trazos, encaramándose al expresionismo, de hecho nos confiesa que trata de hacer una mezcla entre el hiperrealismo y el impresionismo.
Confiesa su gusto por el hiperrealismo, “pero me aburre”, matiza. Le gustan mucho Antonio López García y Antonio López Torres, esa búsqueda recurrente de la luz del segundo. No se quiere parecer a nadie, pero se inspira en innumerables artistas, desde Franzs Hals y los pintores holandeses, al color de Fortuny o el expresionismo de Turner.
Rogelio estudió Historia e hizo cursos de Bellas Artes en la Complutense.
El ser de Tomelloso “abre muchas puertas”, pero lógicamente “con algo decente”. En ese sentido, Rogelio Garrida nos lanzaba un deseo para acabar, el que “tenido en Tomelloso la cantidad de artistas que tenemos y con las numerosas exposiciones que se llevan a cabo, que la gente salga a verlas, que no estemos viendo la tele todo el día. Que aprecien la cultura”.
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