De Posada de la Salceda a Santiago de Compostela.
Esto se acaba. Atravesando bosques de eucaliptos y laureles —loor a los héroes—, se llega al Monte do Gozo, que es un fraude.
Nuestro héroe para en un dispensario, antes de llegar a su destino. Tal vez evitándolo. Le sacan el veneno de las ampollas.
A 50 metros de la plaza del Obradoiro, Antonio llora y llora. Está en “esta Santiago de promesa cumplida”.