Este sábado, con la Parroquia de la Asunción de Nuestra Señora llena, Natividad Cepeda —mujer de letras, poeta sobre todo, entre miles de cosas— ha pregonado la Semana Santa que comienza.
Natividad centró el pregón en las figuras ejemplares de los santos. En el mismo lugar desde donde en cada Eucaristía se proclama la Palabra de Dios, recordó a Teresa de Jesús, también a Teresa Benedicta de la Cruz. Esta carmelita descalza, Edith Stein para el siglo, fue una judía que se convirtió al cristianismo leyendo a San Juan de la Cruz y Santa Teresa. Natividad, evocó a San Juan de la Cruz, San Juan de Ávila y, por último, a Ismael de Tomelloso. Sobre esos pilares se sustentó el pregón de la escritora, dando testimonio, como ellos hicieron antes. Y por supuesto, la Resurrección formó parte ineludible de la pieza.
En los prolegómenos del pregón, Natividad Cepeda, amablemente nos contó que el del sábado era el cuarto pregón de Semana Santa en el que participaba. El primero en La Asunción, hace treinta o treinta y cinco años, “cuando los saeteros cantaban muchas saetas”, el segundo en el Teatro Torres, con José María Rodríguez, al que nombró durante su proclamación. El tercero en la Parroquia de Los Ángeles. Para Natividad ha sido una sorpresa volver a repetir, una gran responsabilidad, señaló, para su condición de creyente que nunca oculta “forma parte de mi vida y de mi cultura”.
Natividad aseguró que esté donde esté, siempre vive una Semana Santa de oración y asistiendo a los oficios y al Monumento.