Este jueves la Residencia de Mayores “Virgen de Peñarroya” se ha vestido de gala para homenajear a sus voluntarios. El voluntario es aquel que da gratuitamente su tiempo, y sus dones a los demás, sin esperar nada a cambio. Lo de sin esperar nada a cambio es el secreto mejor guardado del voluntariado, pues todos saben, y así lo viven y manifiestan, que su labor generosa les reporta mucho más de lo que dan.
Como en otras ocasiones en que esta residencia ha celebrado el día del voluntario, Irene Sánchez, Directora de la residencia, ha querido contar con otros colectivos que también tienen en su haber el preciado patrimonio del voluntariado. Este año las invitadas han sido Mari Carmen Navarro Presidenta de la Asociación “Puertas Abiertas”, Piedad Barrilero Directora del Centro de Rehabilitación Psicosocial y Laboral de Tomelloso, Gema Gil, Directora del Centro de Día “San Rafael”, y una servidora que tiene el regalo de representar a la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer de Tomelloso. Asistían también los residentes, los profesionales de la Residencia y por supuesto, los protagonistas: los voluntarios.
Con la cercanía, alegría y sencillez que le caracteriza, Irene Sánchez intervenía para dar comienzo a la jornada dando a todos la bienvenida, agradeciendo la asistencia y exaltando el buen hacer de los voluntarios. A continuación el Coro de la residencia, con Marivi al frente del mismo nos amenizaban con distintas canciones; por cierto, un lujo de coro y un espléndida directora.
Irene, a través de una hermosa alegoría de la diferencia, un cuento muy hermoso sobre los tréboles de cuatro hojas, nos pasaba el turno a las invitadas para que, desde nuestras realidades, compartiéramos la experiencia del voluntariado: Un mismo pensar, sin voluntariado nuestras causas no podrían llevarse cabo; y un mismo sentir, el voluntariado plenifica a quien lo lleva a cabo, da sentido a su vida y hace una gran labor por los demás.
Después han sido los propios voluntarios quienes nos han dado su testimonio, testimonios que nos han emocionado. Residentes y profesionales también han querido aportar su vivencia.
El momento más importante de la mañana era el homenaje a cada uno de los voluntarios: un largo y merecido aplauso abrían el reconocimiento personal a cada uno de ellos.
Un precioso montaje y un vídeo realizados como muchísimo cariño por una de las profesionales, han sido el broche final y perfecto a esta jornada festiva de voluntariado.
Destacar el maravilloso clima de familiaridad en el que ha transcurrido la mañana. Con qué confianza y cercanía hemos intervenido todos, qué sonrisas más maravillosas hemos visto en todos los rostros de residentes, profesionales y voluntarios. Estas sonrisas no son improvisadas, ni postizas, son reflejo de un corazón agradecido.
Quiero dar las gracias especialmente a Irene, en nombre de Mari Carmen, Piedad, Gema y en el mío propio, por el hermoso regalo que hoy nos ha hecho invitándonos a participar de esta jornada en la Residencia de Mayores “Virgen de Peñarroya”.
Felicidades a todos los voluntarios.