Durante el pasado fin de semana tuvieron lugar las fiestas del Barrio de San Antonio. El viernes, día grande de las fiestas de la barriada, tras acabar la misa en honor del franciscano de Padua y la correspondiente procesión de la imagen de San Antonio por sus calles, tuvo lugar la inauguración de las fiestas. Tras la apertura oficial de las mismas por parte del alcalde de Tomelloso y la presidenta de la Asociación de Vecinos, nuestro compañero de El Periódico del Común de la Mancha, Carlos Moreno, pronunció el pregón. Ya pasadas, in ictu oculi —lo que demuestra lo efímero del tiempo— reproducimos las pieza del plumilla Moreno.
Un canto a la sencillez, en un barrio sencillo y entrañable de nuestra ciudad, que anuncia la llegada del verano con el perfume del lirio de su patrón. Recuerdos, anhelos, esperanzas… y guirnaldas de bombillas de colores.
Queridos amigos y amigas, autoridades, directivos de la asociación, vecinos del barrio, tomelloseros en general, muy buenas noches, es para mi un honor ejercer de pregonero en vuestras fiestas, populares y entrañables. las más tempraneras del verano que llama a la puerta. Barrio, hermosa palabra, pequeño país en el que hacemos amigos para siempre, incubamos amores primeros y verdaderos; escenario de juegos inolvidables, el barrio que cobija miles y miles de conversaciones al fresco de las noches estivales con vecinos de bien que acaban siendo como de la familia; barrio que huele a calle regada y buena comida, barrio del que saltan canciones a través de las terrazas y ventanas, barrio de fiesta pero más trabajo y quehacer diario; barrio para admirar esas maravillosas puestas de sol que, por cierto, vosotros contempláis mejor que nadie, barrio que jamás se olvida y al que se regresa siempre.
Y aquí estamos en este barrio San Antonio conectado con el centro de la ciudad gracias a la largura de las calles Nueva o García Pavón, barrio periférico desde el que se divisan las casas de la vecina de Argamasilla, barrio de muchas casas iguales, de calles rectas y largas. El Barrio son sus calles, su historia, sus anhelos, sus proyectos, pero sobre todo las personas que lo habitan. Padres y madres que se afanan por sacar a las familias adelante, mayores que recuerdan tiempos mejores y… peores y que nos ilustran con el tesoro de su experiencia, y por supuesto los niños a los que cantaba vuestro vecino más ilustre, Eladio Cabañero.
Niños de Tomelloso
en sus calles tan largas
jugando bajo un cielo
de azul alto y cal baja,
intermedios de nubes
y surcos y uvas blancas
Solos, en libertad
en plena guerra infaustaMi oficio de periodista y también mi estrecha relación con el deporte me ha permitido conocer a muchas gentes de bien del barrio, mi colega Pepe Sánchez y su hermano Manolo, ecologista convencido y necesario; al polifacético Luis Ballesteros, a los Pablos Burillos, el árbitro y el federativo; Candelas, un multiusos generoso a más no poder preparado siempre para lo que haga falta, Alfredo López, presidente durante muchos años, y sobre todo, esa legión interminable de ilusionados alumnos que han ido pasando por la Escuela de Fútbol, y a los que he tenido el privilegio de conocer, nobles y graciosos como ellos solos. No los nombraré para que ninguno de ellos quede en el tintero. Yo entonces era un joven monitor, el que más de la escuela entonces, justo lo contrario que ahora, y jamás olvidaré a aquellos traviesos pero maravillosos aprendices de futbolistas.
Barrio dinámico, inquieto, generoso, hospitalario. El ejemplo que el San Antonio está dando a la sociedad tomellosera salta a la vista ya sea en la esfera cultural, deportiva, educativa o social. Se apunta a la algarabía del carnaval lo mismo que a la ilusión de la noche de reyes; montan con perfecta organización partidos benéficos, maratones de fútbol-sala y concursos de fotografía y cuando toca arremangarse para proyectos solidarios ahí está el San Antonio en campañas de recogida de juguetes o dando cobijo a movimientos como los de la plataforma de afectados por la hipoteca, que tan ingente labor está desarrollando. Retrocediendo muchos años en el tiempo ya surgieron generosas iniciativas de solidaridad en este barrio dignas de toda admiración, iniciativas que permitieron arreglar muchas casas, aliviar apuradas situaciones económicas de algunos vecinos o incluso disponer de biblioteca con aquella brillante idea pedir libros prestados a la biblioteca municipal para después prestarlos a los vecinos. Me han contado que los pedían en lotes de 200 y que cada tres o cuatro meses cambiaban los títulos. No diré los nombres de quienes impulsaron tan felices ideas, por temor a la omisión, pero seguro que muchos de vosotros sabéis quienes fueron. Así, el Barrio fue creciendo, mejorando sus calles, sus infraestructuras, su casa de todos, en definitiva su calidad de vida.
Barrio el vuestro con Iglesia, que también ha contribuido decisivamente para una vida mejor de los vecinos del barrio. Por cierto, desde ella se organizaron las primeras fiestas del barrio, allá por los primeros años de los sesenta. Gran labor pastoral y de entrega al barrio la de una parroquia que también fue escalando peldaños que desembocaron en la construcción del tempo de la calle Cabo Noval.
En educación hay que descubrirse ante la formidable labor de los profesores del colegio que lleva el nombre del barrio y que ha sido un elemento vertebrador fundamental. Los profesores han educado desde el diálogo, desde la sabia premisa de dar siempre otra oportunidad. Su proyecto de aula de convivencia es modélico o el de las comunidades de aprendizaje que persigue una mayor implicación de las familias y que ha obligado a los profesores a un duro pero necesario reciclaje. Nada de expulsiones u otra medida drástica. Diálogo y flexibilidad por encima de todo. Admirable la vocación de los profesores del San Antonio, cuyo núcleo duro lleva muchos años en el centro, exprimiendo todas sus energías para una educación de calidad en la que tienen claro que todos los alumnos aportan, lo que uno no tiene lo posee el otro y todos se benefician.
Barrio social, muy social, con servicios e instituciones que trabajan en favor de personas con diferentes capacidades y por los menos favorecidos. Solidaridad por todos lados en unos tiempos en los que hace falta a borbotones, barrio que se distingue también en el terreno de la educación, en su apuesta por el deporte, por la cultura, por la fiesta. Como dije al principio barrio dinámico e inquieto ante al que hay que descubrirse. Me despediré con versos, otra vez, del eterno Eladio, versos que rezuman la sencillez y verdad que también destila este barrio.
Es todo bien sencillo, nuestro pueblo
con sus tejados, sus barbechos surtos
en la orilla del campo, el sol colgante,
la torre de la iglesia, nuestras casas
ya estaban desde siempre por lo visto
Todos estaban antes, ¡qué sencillo!
Nuestros padres, los suyos, los parientes,
aquí estaban; las viñas daban fruto
al cobijo del llano, hacia septiembre;
explotaban de rojas las sandías
y los membrillos lo aromaban todo,
mientras el vino nuevo ardía en las cuevas,
en las tinajas roncas y en los cántaros,
y no habíamos nacido, compañera.
Felices Fiestas, vecinos del San Antonio, felices días de fiesta y felices todos los del resto del año. Que tengáis siempre los preciados bienes de la salud, el trabajo, del amor de la familia, los amigos, la sonrisa que jamás hay que perder, en definitiva de la pasión por este tesoro que es la vida. Muchas gracias.