La Federación Agroalimentaria de CCOO Castilla-La Mancha ha denunciado ante la Inspección de Trabajo y Seguridad Social la situación de los trabajadores temporeros agrícolas en el municipio de Llanos del Caudillo(Ciudad Real), «en donde viven hacinados en casas de campo y naves agrícolas en torno a 300 trabajadores temporeros, y presumiblemente sin dar de alta en Seguridad Social».
Así lo ha manifestado este miércoles el responsable provincial de la Federación Agroalimentaria, Demetrio Muñoz Abad, quien ha celebrado una rueda de prensa en Valdepeñas (Ciudad Real) para informar de las campañas agrícolas de temporada, así como de la situación que viven los temporeros agrícolas de la zona del municipio en las diferentes campañas, por lo que pedido actuaciones especificas de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social para el control de la economía sumergida en esta zona.
Tal y como ha informado en nota de presa CCOO, a pesar de que el Ayuntamiento de Llanos del Caudillo tiene un albergue municipal con 80 plazas, por lo que cobra 2 euros por día al empresario, por cada trabajador que aloje en el mismo con el requisito indispensable de aportar el contrato de trabajo del trabajador, «hasta la fecha solo hay 10 trabajadores alojados».
«El resto estimamos que no tiene contrato de trabajo, malvive en casas de campo y en naves agrícolas, en las cual se han hecho chabolas con cartones y otros materiales, sin agua y electricidad en algunos casos, en unas condiciones infrahumanas y los propietarios de las referidas casas de campo y naves agrícolas le cobra 80 euros mensuales por trabajador», ha sentenciado.
De esta manera, CCOO ha denunciado estos hechos ante la Inspección de Trabajo y Seguridad Social «para que regularice esta situación y se acabe con este trato a los trabajadores temporeros. Que se acabe con la práctica de ir a la plaza del pueblo por parte de los empresarios agrícolas a recoger a los temporeros a primera hora de la mañana y por la tarde noche volver a dejarlos en la plaza del pueblo, después de una jornada de trabajo, sin tener opción a asearse al no disponer de agua, ni electricidad en los guetos, que ponen a su disposición los empleadores agrícolas», ha concluido.