El alcalde de Toledo y secretario general del PSOE en Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha pedido este lunes que el Tribunal Constitucional (TC) «restablezca el orden democrático» declarando inconstitucional la reforma del Estatuto de Autonomía de Castilla-La Mancha impulsada por la presidenta regional, María Dolores de Cospedal.
«Venimos a hacer un acto de justicia, pidiéndole al Tribunal Constitucional que restablezca el orden democrático, el orden constitucional», ha declarado a los periodistas a la entrada del TC. Allí ha presentado un recurso firmado por 50 senadores socialistas contra la reforma que posibilitaba el cambio de Ley Electoral para reducir el número de diputados en el Parlamento castellano-manchego.
García-Page ha denunciado que, «por primera vez en democracia», se ha modificado el Estatuto «unilateralmente, sin haber hablado con la oposición», y se ha hecho para «cercenar la mitad de la democracia en Castilla-La Mancha».
COSPEDAL QUIERE BURLAR EL VOTO DE LA GENTE
El dirigente socialista ha señalado que, con el nuevo Estatuto, «más de un 25 por ciento de los votos de la región se pueden quedar en la basura, sin ser computados, Cospedal puede burlar el voto de la gente y ser presidenta con menos votos que otro partido».
«Se está burlando la representación política y están jugando a que muchos partidos que ahora están emergiendo puedan no tener ninguna representación», ha añadido, describiendo la reforma como un «intento de pucherazo electoral» que responde al «estado de nervios» de la presidenta autonómica.
Además, ha recordado que hace aproximadamente un año se había modificado la Ley Electoral para aumentar el número de diputados. El cambio efectuado después «coincide con el año en el que aparecieron todos los millones» del extesorero del PP Luis Bárcenas, de manera que «a cada millón de Bárcenas en Suiza, un diputado menos le interesa tener a Cospedal en Castilla-La Mancha», ha indicado.
Según García-Page, desde que Cospedal gobierna en Castilla-La Mancha, lo que ha hecho es «cargarse la sanidad, la educación, las infraestructuras e incluso la moral de la región». «Ahora lo que le queda por cargarse es el Parlamento autonómico, y nos estamos jugando el futuro de muchas generaciones», ha advertido.
