La presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores Cospedal, ha reivindicado su derecho, “como cualquier otro ciudadano de este país”, a defenderse “de un calumniador”. Por ello, ha anunciado su decisión de recurrir la sentencia por la demanda que interpuso contra Luis Bárcenas, que le dio la razón en el fondo del asunto -la intromisión ilegítima en su derecho al honor-, aunque no quedó demostrado que el extesorero del PP fuera el autor de la filtración.
A su juicio, es mejor actuar conforme a la propia conciencia, “que me dice que, si una persona que está en la cárcel -porque no ha explicado de dónde viene el dinero que tiene- me acusa de algo que no he hecho, tengo derecho a demandarlo ante los tribunales, porque es la única manera de defenderme”.
Asimismo, ha asegurado que su obligación es “defender la honorabilidad de la inmensa mayoría de los miembros de mi partido”, y que se niega “a que se llama corrupta a toda una organización política. “Una cosa es que hayas tenido la desgracia de tener a un sinvergüenza y otra que tu organización política esté integrada por más de 700.000 militantes cuya inmensa mayoría es gente honrada, sensata, que defiende a su país y que trabaja muchas horas por sus paisanos”, ha explicado.
Contraria a “no hacer nada para que no se hable de las cosas”
María Dolores Cospedal ha asegurado que una de las estrategias posibles en todo este asunto es “no hacer nada para que no se hable de las cosas”, algo con lo que no se ha mostrado de acuerdo.
“Si yo hubiera retirado la demanda que presenté por intromisión ilegítima en mi derecho al honor y por calumnias, no se habría hablado del tema”, ha explicado. No obstante, ha señalado que la alternativa a no denunciar es “aguantarte con todo lo que te diga un delincuente”.
Por último, ha añadido que ostenta el cargo de secretaria general de su partido “para lo bueno y para lo malo, por lo que tengo que cumplir con mi obligación”, a pesar de que a veces sea “ingrato y no se entienda”.