…para todos los bolsillos
Cada día cultivo mi cuerpo serrano a las 7 de la mañana para más inri con estas fases que producen aromas agradables para mi y los que me rodean:
– Gel de ducha, sin olores a chocolates y cosas cansinas, que eso también mata.
– Champú, sí, soy de esas «locas» que se lavan el pelo cada día, peluqueras no matarme.
– Desodorante, con duración 48h. porque nadie sabe cuando vas a volver a casa.
– Crema corporal, esto es un plus, además de perfumada suave, #lotengotodopapi.
– Crema para el pelo, puntas sedosas sí gracias, vamos y vamos ni las famosas.
– Perfume, y de esos suavitos, nada de vainillas asesinas o flores seductoras mata humanos.
– Y ropa limpia ¿os pensáis que con la ducha sobra? De eso nada monada, hay que limpiar la ropa.
Y sabéis con qué me paga el universo este esfuerzo por ser una persona limpia… Por veinticinco céntimos de euro… Cosas de olores discutibles con las que me ataca el universo cada día:
– El sobaco cantarín de mis compañeros de bus.
– Los abrigos con olor a fritanga de los que no saben que los abrigos también se lavan.
– Los niños y esos chándal que les pegan el lunes al cuerpo y se quitan el viernes.
– Las adolescentes que creen que la vainilla atraerá a los machos como miel a las moscas y se perfuman con YvesRocher hasta las pestañas.
-…
Vale, ya paro. Puede que yo sea un poco paranoica, maniática y obsesiva de los olores, pero también puede que en el mundo exista muuuuucha gente gorrina. Ojalá más como este chico tan aseado deOld Spice… ¡Dadle al play!