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ombligo
Opinión
Hay que sentir la tierra en los pies, por F. Navarro
Los algarrobos son árboles altos y mediterráneos; tienen algo de Miró, o de Pla. Huelen a tramontana o a mistral
Opinión
Un domingo cualquiera, por F. Navarro
Las tardes de domingo tienen mucho de melancólicas y gandulas. Están hechas para languidecer con el pecho presionado, románticamente, en el sofá, vien
Opinión
Quizás eso sea el arte, por F. Navarro
El dolor verdadero jamás es público, ese dolor que se expresa de espaldas a los testigos curiosos e impertinentes.
Te inventas una mujer, la describes en...
Opinión
El crimen de Afonso, por F. Navarro
En Gante, ya lo he contado varias veces, hay tres torres, la Iglesia de San Nicolás, la torre de Belfort y la catedral de San Bavón
Opinión
La puerta verde (esperanza), por F. Navarro
La escena transcurre en la sala de espera de un quirófano, a primer ahora de la mañana. La pieza es estrecha vieja y sucia. Está pintada de amarillo, no es rectangular —y a nadie le importa—
Opinión
Seis de brumario, por F. Navarro
Uno —modestamente, como no podría ser de otra manera—, viene insistiendo desde hace tiempo de lo perjudicial que es la caída de la pámpana para la materia gris
Opinión
Subiendo piedras, por F. Navarro
Cuenta García Pavón que Tomelloso «…no nació del fortín ni de la alcazaba; que nada supo jamás de la guerra. Tampoco halló su raíz en el caserón noble y solariego
Opinión
El monóculo del conde, por F. Navarro
El conde de los Monteros —que no es conde ni nada, ya que como el mundo sabe, en nuestra amada ciudad no existen aristócratas— se ajusta el monóculo. Es un cristal completamente neutro, un recorte de un vidrio de ventana
Opinión
La vida está hecha de momentos sin importancia, por F. Navarro
(En la LXIII Fiesta de las Letras)