Tomelloso ha vivido este 15 de agosto, festividad de la Virgen de la Asunción, una jornada histórica y profundamente emotiva con el traslado de la Virgen de las Viñas desde su santuario en Pinilla hasta la ciudad, donde presidirá los actos de la Feria y Fiestas en su honor. Este año, la tradicional “traída” ha adquirido un significado especial al coincidir con el 450º aniversario de la Parroquia de la Asunción de Nuestra Señora.
Devoción desde el amanecer
Antes de que amaneciera, el Santuario de Pinilla reunía a numerosos devotos. Entre repiques de campanas y últimos preparativos, la Hermandad ofrecía un desayuno solidario de chocolate con tortas, cortesía de J. Sánchez Panaderos.
A las 7:15 horas comenzó la peregrinación. En primera línea, el alcalde de Tomelloso, Javier Navarro; el presidente de la Hermandad, Alejandro Ramírez; el mayordomo, Félix Godoy; y las servidoras de la Virgen. Les acompañaban el mayoral, Javier Perales; la pregonera de la Romería 2025, Elena Jiménez; concejales de todos los grupos municipales; las madrinas y padrinos de la Feria; y numerosos devotos que se turnaron para portar la imagen.
El trayecto hacia la ciudad se desarrolló con una temperatura agradable y continuas muestras de fervor. No faltaron momentos emotivos, como el giro de la imagen hacia Pinilla, el paso por la ermita de San Isidro.
Llegada a la Plaza de España: voto del alcalde y misa de campaña
Poco antes de las 9:00 horas, la Virgen de las Viñas fue recibida en la Plaza de España, convertida en altar al aire libre. Junto a la Patrona presidía la imagen del Santísimo Cristo de la Misericordia, en un gesto que subrayó el carácter especial de la jornada.
El alcalde, Javier Navarro, pronunció el tradicional voto a la Patrona, renovando la promesa de amor y gratitud heredada de generaciones pasadas. En su discurso evocó el papel protector de la Virgen en épocas de sequía, la importancia de la vid y el vino como alma de Tomelloso y su vinculación con la prosperidad del campo. Pidió por los agricultores, las familias, los jóvenes y los mayores, a quienes definió como “la memoria viva de dónde venimos y lo que hemos logrado”. Tuvo también un reconocimiento especial para los catequistas, “verdaderos pilares en nuestras parroquias”, y para los voluntarios que dedican su tiempo a ayudar a los demás.
No faltaron referencias al 450º aniversario de la Parroquia de la Asunción, definida como “gran posada de amor y acogimiento” para generaciones de tomelloseros, ni una plegaria por la paz, reclamando “que no haya espacio para las armas en el sendero de la concordia” y que se erradiquen las imágenes de hambre y desnutrición que hieren la conciencia colectiva.
Una misa histórica
A continuación se celebró la misa de campaña, oficiada por el párroco José Ángel Martín y concelebrada por otros sacerdotes. El coro parroquial puso voz a una liturgia que unió la festividad de la Asunción con la devoción a la Virgen de las Viñas y al Cristo de la Misericordia. En la homilía, se recordó la figura de María como modelo de humildad, esperanza y fortaleza, invitando a la comunidad a seguir su ejemplo.
Procesión final y regreso a la parroquia
Concluida la misa, se inició un desfile solemne. Primero salieron los estandartes de las hermandades de Pasión, cerrando este grupo el del Cristo de la Misericordia, cuya imagen fue portada a hombros por los miembros de su hermandad hasta la Parroquia de la Asunción. A continuación marcharon las hermandades de Gloria, encabezadas por la bandera peregrina de la Virgen de las Viñas, y finalmente, la imagen de la Patrona, acompañada por sacerdotes, la Corporación Municipal y la Junta Directiva de su Hermandad.
La entrada en la Parroquia de la Asunción, rodeada por los estandartes de las hermandades, culminó con el rezo de la Salve, cerrando una jornada que quedará en la memoria como ejemplo de unidad, tradición y fe en torno a la Virgen de las Viñas, en el año del 450º aniversario del templo parroquial.
