Este año, el Restaurante Trujillo, un emblemático establecimiento de Argamasilla de Alba, ha optado por «sazonar» su felicitación navideña con un ingenioso toque de atención hacia los clientes. En una publicación que dará qué hablar en sus redes sociales, el restaurante fusiona los clásicos deseos de felicidad con una serie de ‘consejos’ con un toque ácido, dirigidos a mejorar el trato entre el servicio del camarero y la conducta de los comensales.
«La plantilla del Restaurante Trujillo les desea Felices Fiestas y les recuerda que pidan la sacarina junto con el café, jamás se sienten en una mesa sin preparar y que no llamen a los camareros chistando, así conseguiremos entre todos que los buenos deseos duren todo el año y se extiendan a la familia cercana».
Si van a pedir sacarina, se sabe de antemano, no hagan «echar un segundo viaje» al camarero. Siempre es mejor esperar a que preparen la mesa antes de sentarse, «como por arte de magia, todo estará más limpio y ordenado» y le facilitarán el trabajo al camarero.
Y el mejor mensaje de todos… ¡por favor, funciona mejor que chistar!
El restaurante, con este mensaje, hace reflexionar sobre cómo acciones cotidianas y aparentemente menores pueden transformar radicalmente la experiencia en bares y restaurantes. La intención es clara: promover una convivencia más amable y eficiente entre el personal y los clientes, lo que, no solo mejorará el servicio, sino que adereza cada visita con una dosis extra de armonía y un mejor trato.
El Restaurante Trujillo no solo ha ofrecido una felicitación navideña, sino que también ha servido una reflexión sobre la empatía y el respeto mutuo, ingredientes esenciales para que los buenos deseos, como ellos dicen, «duren todo el año y se extiendan a la familia cercana».