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martes, 19 noviembre
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8M, en el camino hacia la igualdad de derechos y libertades

Artículo de opinión de Elisa Fernández López, presidenta de la Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales, FADEMUR, de Castilla-La Mancha

FADEMUR somos muchas mujeres, diversas, con personalidades y perfiles muy distintos. FADEMUR Castilla-La Mancha somos muchas mujeres rurales, repartidas por las cinco provincias de la región cuyo objetivo es el mismo: luchar por la igualdad real. FADEMUR es una manera de ver el día a día, de entender el trabajo que hacemos a diario y de compartir este ideal sencillo: la igualdad real y efectiva entre mujeres y hombres; la igualdad de oportunidades entre las personas que viven en el medio rural, sobre todo las mujeres, y las personas que viven en entornos urbanos.

Como presidenta de la Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales de Castilla-La Mancha agradezco profundamente el reconocimiento que el Gobierno Regional nos hace el día 8 de marzo, día de celebración y conmemoración de las mujeres; las mujeres en plural. Un reconocimiento extensivo a todas y cada una de las mujeres que creen en Fademur cuyos proyectos crecen a nuestro lado, cuyos sueños ayudamos a florecer; incluso cuando las vemos caer y volver a levantarnos con ellas, supone un orgullo, porque el día a día es esto: quienes vivimos y trabajamos en el medio rural, conocemos bien cómo funciona y nuestras herramientas son compartidas.

Un día en el que todas las mujeres deberíamos invertir un minuto y echar la vista atrás para recordar y rememorar el trabajo de tantas y tantas mujeres, y también hombres, que, antes que nosotras, se han dejado la piel en la lucha diaria por la igualdad en Castilla-La Mancha, sin reconocimiento ni visibilidad, haciendo posible que hoy seamos un poquito más iguales.

La verdad es que en FADEMUR lo tenemos claro, y repetimos muchas veces el mismo discurso: igualdad real, igualdad real, igualdad real. Aunque, al mismo tiempo, seamos originales a la hora de proyectar trabajo, acciones y actividades novedosas para alcanzar esta igualdad. Desde el terreno, desde el conocimiento y la innovación, de la mano de mujeres rurales que comparten nuestros mismos objetivos.

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Conseguir de verdad la igualdad real y efectiva entre hombres y mujeres es el objetivo global y fundamental de FADEMUR. Para conseguirla hacen falta muchas cosas. Por un lado, es importante conseguir la independencia económica de las mujeres, sobre todo las que viven en el mundo rural. Parece una obviedad, pero se suele olvidar. Llevamos muchos años trabajando en esto: conseguir que las mujeres rurales tengan este autoempleo para disponer de la independencia económica que les otorga de verdad la igualdad. Conseguir crearse su propio empleo con sus propios recursos y dentro del ámbito geográfico en el que se mueven. Tenemos programas estrella como Tierra de Emprendedoras que ayuda a convertir ideas en proyectos de vida.

Por otro lado, es importante ofrecer el máximo de ayuda en el entorno rural. Que las mujeres y habitantes del medio rural estén formadas, informadas y educadas en cómo podemos erradicar la violencia de género. Llevamos muchos años trabajando con los más pequeños en educación para alcanzar este objetivo: eliminar los crímenes contra las mujeres por el mero hecho de serlo.

Entre otras cuestiones, hemos conseguido que las oficinas agrarias de la Consejería de Agricultura, así como muchos ayuntamientos de la región, se hayan adherido a nuestro programa y se hayan convertido en espacios libres de violencia de género. Algo de lo que estamos orgullosas y que haremos extensivo a muchas pequeñas y medianas empresas de la región. El compromiso de muchas hará que sea un poco más sencillo. La violencia contra las mujeres en el mundo urbano es la misma que en el mundo rural pero su solución es diferente. En el medio rural aumenta el miedo “en un pueblo todo se sabe”, los recursos están más lejos y el desconocimiento de a quién acudir se agrava.

Queda mucho camino por recorrer, mucho trabajo por hacer. Nos queda mucho que enseñar, mucho que aportar y mucho que aprender. Estamos encantadas, orgullosas y agradecidas, pero ojalá no tuviésemos que recoger un premio por trabajar por la igualdad, ni nosotras ni nadie, ojalá no existiesen estos días conmemorativos. Cuándo todo esto no suceda, habremos conseguido, ser iguales en derechos y oportunidades.

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