La tradición en España para acabar las fiestas de Navidad en la víspera del 6 de enero, es convertirla en una noche mágica, en la que los más pequeños esperan con ilusión la visita de los reyes magos. Ese día, la religión católica celebra la Epifanía del Señor y rememora el momento en el que, según la tradición, unos magos de Oriente llegaron a Belén para adorar y ofrecer sus presentes al niño Jesús recién nacido. El conocido como día de Reyes Magos, es una festividad cargada de tradiciones, en la que se entremezclan posibles hechos históricos con mitos y leyendas que ahondan en la magia de esa fecha tan especial. En España y algunos países hispanoamericanos, a donde viajan cada año los reyes para saludar a los niños en la mágica cabalgata antes de dejarles en casa los esperados regalos.
Sin embargo no hay mucha información sobre este tema, y no hay una respuesta unánime y absolutamente fiable, porque las creencias personales y religiosas prevalecen en esta historia y porque la información sobre la posible existencia de los reyes es escasa. Lo que sí es cierto es que el Evangelio de San Mateo recoge el momento en el que, siguiendo una estrella, unos magos llegaron a Belén para adorar al rey de los judíos que acababa de nacer. Para los católicos, el relato de san Mateo es la ‘pista’ más fiable que confirma que los Reyes Magos fueron personajes históricos reales, pero hay que recordar que el santo no dice que fueran reyes, ni tampoco cita sus nombres o describe su aspecto.
Sus nombres es uno de los misterios que rodean a los Reyes Magos, porque, como hemos indicado, la Biblia no los recoge en ningún momento. El nombre de los magos aparece por primera vez en un antíguo mosaico del siglo VI que se encuentra en la iglesia de San Apolinar el Nuevo, en Rávena (Italia). En él puede verse a tres personajes ataviados con capas que portan en sus manos las ofrendas en forma de regalos para el Niño, los conocidos: oro, incienso y mirra. Sobre sus cabezas están escritos los nombres de Gaspar, curiosamente el primero y con barba blanca, Melchor, el de aspecto más joven y Baltasar que no está representado como un hombre de raza negra, aunque hoy en día se suele representar así.
Tampoco está claro que fueran tres. Lo que sí dice San Mateo es que eran “Magos”, que es cómo se llamaba entonces a los astrónomos y astrólogos. A cuento de la astrología, los científicos actuales no se ponen de acuerdo, pero dan por hecho que la estrella que según la tradición les llevó a Belén debió ser un meteorito.
Otra tradición de este día es el Roscón de reyes, un bollo elaborado con masa dulce aromatizado con agua de azahar y con fruta escarchada, característico de España, muchos países hispanoamericanos, así cómo Francia y Portugal.
El origen del roscón parece estar relacionado con las Saturnales Romanas (como la mayoría de las tradiciones navideñas) aunque en la actualidad algunos lo relacionan con una representación complementaria y comestible de la Corona de Adviento, aun cuando esta tradición es muy posterior en España, lo que hace muy dudosa esa relación. Las saturnales eran fiestas dedicadas al dios Saturno con el objeto de que el pueblo romano en general pudiera celebrar los días más largos que empezaban a venir tras el Solsticio de Invierno. Para estos festejos, se elaboraban unas tortas redondas con higos, dátiles y miel, que se repartían por igual entre los plebeyos y esclavos. Ya en el siglo III, en el interior del dulce se introducía un haba seca, y el afortunado al que le tocaba era nombrado rey de reyes durante un corto periodo de tiempo establecido de antemano. Desde los romanos existían juegos del haba en la península ibérica