El sector hostelero de Tomelloso se ha mostrado indignado por las nuevas medidas anunciadas por el consejero de Sanidad, Jesús Fernández Sanz, y denuncian desigualdad con respecto a otros sectores.
Según las nuevas medidas, bares y restaurantes podrán abrir sus puertas a un 50% de aforo en las terrazas, con 1/3 en el interior y cumpliendo todas las medidas de higiene y distancia entre personas. Además, el consejero anunciaba la implantación de un código QR que sirva como registro para los clientes de cada establecimiento, de manera que se pueda hacer un rastreo en caso de contactos con positivos.
«Vienen a atacarnos, vienen a por nosotros», afirmaba Maite González, propietaria de La Taberna, quien ha descrito como «una barbaridad» y un «despropósito» las nuevas medidas anunciadas. Además, denuncia que si quieren implantar este cógido QR, deberían aplicarlo a todos los sectores y no únicamente a la hostelería, ya que ellos no son los responsables de que se expandan los contagios.
Maite ha recordado un dato del Ministerio de Sanidad, y es que han registrado que solo el 2,7% de los contagios proviene del sector hostelero, por lo que considera que estas medidas son injustas. «No somos responsables de que alguien salga del hospital, haya entrado en contacto con el virus y aparezca en el local».
«Nos están privando de libertad», reclama Maite, quien no abrirá su negocio por no resultar rentable y quien augura que muchos negocios de Tomelloso tampoco abrirán sus puertas.
Esta realidad no afecta solo a Maite, puesto que otros bares y restaurantes del municipio no podrán abrir con estas condiciones.
Luis Olmedo, responsable de La Antigua, nos cuenta que las nuevas medidas no rentabilizan un negocio como el suyo. También ha mostrado su rechazo al uso de esta aplicación de registro de clientes: «Si abro mañana y me entra un positivo por covid que viene de un supermercado, un comercio o de su trabajo, ¿al hacer el registro me cierran 10 días?», se preguntaba.
Luis reclama que este tipo de situaciones no permiten a la empresa acogerse a ningún ERTE, y ponen en riesgo que cada local deba cerrar cada vez que haya un contacto con un positivo. Al igual que Maite, el anuncio de las nuevas medidas le ha llegado como una jarra de agua fría y pide que la aplicación se utilice para todos los ámbitos de la vida diaria y no solo al ocio, desde quien va al ayuntamiento hasta quien acude a otro comercio o a un taller.