El sindicato UGT de Castilla-La Mancha ha apuntado que los datos del paro publicados este martes, que indican que el número de parados en la región bajó en 5.109 personas en el mes de mayo, evidencian que en Castilla-La Mancha la destrucción de empleo por el COVID-19 «parece haberse frenado en parte».
Para UGT, esta inversión de la tendencia es positiva, pero ha señalado también la crisis derivada del COVID-19 requiere de una estrategia de reinserción laboral y de reconstrucción económica prolongada en el tiempo, según ha informado el sindicato en nota de prensa.
La responsable del gabinete técnico de UGT en la región, María Ángeles Huete, ha comentado que la región cuenta con 5.075 parados menos respecto al mes anterior aunque la cifra total de desempleados ha crecido en un 16,04 por ciento en un año alcanzando las 193.944 personas.
Huete ha señalado que un dato esperanzador es el crecimiento de la afiliación en un 1,50 por ciento respecto al mes anterior, lo cual demuestra que los sectores que iniciaron antes la desescalada, construcción e industria, se están reactivando, aunque ha criticado el aumento de la temporalidad contractual hasta el 91,6 por ciento. «La precariedad y volatilidad del mercado de trabajo español provocada por las reformas laborales nos llevan a una recuperación de empleo frágil que habrá que corregir para estabilizar en un futuro», ha comentado.
Por otra parte, el paro de mayo evidencia para UGT que «una vez más» son los jóvenes menores de 25 años y las mujeres quienes están teniendo más dificultades para recuperar el empleo. Los jóvenes registran una subida del paro del 19,14 por ciento respecto al mismo mes de 2019 y solo 132 mujeres han salido del paro este mes, lo cual hace que el 62 por ciento de los parados de la región sean mujeres.
De otro lado, UGT ha destacado la «utilidad» de los ERTEs y de las medidas de protección establecidas para amortiguar la destrucción de empleo y pide alargarlas en el tiempo, además de una estrategia de reinserción laboral centrada sobre todo en aquellos colectivos y sectores productivos que más dificultades van a tener para reincorporarse y reactivarse, como jóvenes, mujeres, parados de larga duración y los sectores del pequeño comercio y la hostelería.
Huete ha valorado también la puesta en marcha del Ingreso Mínimo Vital para las familias más vulnerables, aunque ha pedido que sea un elemento de inclusión y de reinserción laboral. «Es el momento de invertir en orientación y en formación para recuperar el empleo perdido por el COVID-19», ha concluido.
