El consejero de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural, Francisco Martínez Arroyo, ha manifestado este miércoles su «respeto» por la manifestación convocada por agricultores y ganaderos de Castilla-La Mancha para el próximo martes, 4 de febrero, pero ha recordado que el problema de los precios es «muy grande» en los cítricos y la fruta de hueso «que no son cultivos importantes» en la Comunidad Autónoma.
A preguntas de los medios, tras presidir la reunión del patronado de la Fundación Tierra de Viñedos, Martínez Arroyo ha indicado que este asunto es «complicado» pero ha señalado que la situación del sector, con el que ha hablado, «depende del prisma con el que se vea», ya que esta es una movilización convocada también a nivel nacional «que tiene bastante poco que ver con los cultivos más importantes de la región», excepto en el caso del aceite de oliva y el vino.
El vino, ha agregado, sí que afronta un «momento de dificultad» ya que los precios están siendo bajos, y la cosecha ha sido baja, aunque es un producto que «es capaz de afrontar bien la situación que tiene». En el aceite, en cambio, es donde más dificultades ha habido de precios, por lo que ha apostado por «ir a un modelo de autorregulación», con más integración comercial, y más defensa en común de los intereses de los olivicultores a fin de afrontar los precios en el mercado.
En este contexto, ha apostado también por trabajar la reforma de la Política Agraria Común (PAC) «entre todos» a fin de que además de tener ayudas directas para los agricultores y ganaderos, fundamentalmente para los que más lo necesitan, se aporten «instrumentos verdaderos de mercado para que los sectores puedan hacer frente a una crisis como la que está habiendo».
CORONAVIRUS
De otro lado, a preguntas de los medios por el virus del coronavirus surgido en China, ha confiado en que no afecte al sector del vino en la región aunque «el mercado es enormemente global» y actualmente «una empresa que se dedique a comercializar vino lo hace en prácticamente todo el mundo».
Francisco Martínez Arroyo ha asegurado que, en cualquier caso, «lo primero es la salud pública», y ha manifestado que si hubiera algún problema se buscarían «mercados alternativos» como se ha hecho con el queso, producto que la Junta va a promocionar en el mercado nacional a través de una campaña en la que se invertirán 100.000 euros.