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miércoles, 25 diciembre
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‘Los cuidados no sólo son responsabilidad de las mujeres’, por Gemma Álvarez Martín

Artículo de opinión de Gemma Álvarez Martín, Co-Portavoz Comarca de la Sagra y miembro del Área de Mujer IU CLM

Como sociedad, debemos tener en cuenta la importancia de los cuidados para la sostenibilidad de la vida porque todos y todas cuidamos y, a su vez, todos y todas somos cuidadores y cuidadoras de otras personas. Toda esta red de interdependencia es la que mantiene a la comunidad, aunque alguna ideología intente promover la individualidad y libertad como elementos fundamentales para subsistir.

Profundizando en los cuidados, observamos que sigue siendo un elemento esencial que reproduce las dinámicas de la división social y sexual del trabajo. Estas tareas son invisibilizadas porque se sitúan fundamentalmente en los hogares, siendo la esfera históricamente asignada a las mujeres. Asimismo, esa feminización supone una infravaloración de esa actividad y una obligatoriedad que se respalda en que las mujeres cuidamos por amor, generosidad y bondad, fortaleciendo ese deber moral en nuestras vidas.

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Todas esas labores realizadas por mujeres en el ámbito familiar no son reconocidas socialmente, ni remuneradas mediante un salario. Además, en muchas ocasiones supone una exclusión del mercado laboral. Por tanto, las mujeres no dispondrán de unos ingresos independientes y esta circunstancia supondrá el mantenimiento y aumento de la feminización de la pobreza. Un ejemplo claro lo vemos a la hora de percibir las pensiones públicas, donde las mujeres cobran de media 450 euros menos que los hombres, según datos del INE.

La invisibilidad de los cuidados también se contempla en la Encuesta de Población Activa (EPA) que considera a las cuidadoras como desocupadas. De esta forma, hay una clara desvalorización de todas aquellas actividades que no son asalariadas, sin tener en cuenta que los cuidados se construyen en los hogares pero son en el ámbito público y productivo donde se aprovechan los resultados de esas tareas.

A todo esto hay que añadir que las mujeres no sólo cuidamos, también nos hemos incorporados al ámbito laboral. Este proceso ha hecho que se establezca en nuestro día a día la doble, incluso la triple jornada, siendo el tiempo dedicado al autocuidado prácticamente inexistente. En cambio, los hombres no se han implicado en la misma medida al espacio doméstico de modo corresponsable. Este hecho conlleva la reproducción  y mantenimiento de  la diferenciación de roles de género y además crea socialmente un nuevo ideal femenino: la superwoman.

Ante este contexto se hace necesaria una transformación desde distintos ámbitos: empresas y Estado. Las empresas deben favorecer unos horarios que favorezcan la conciliación tanto a hombres como a mujeres. A su vez, el Estado debe asumir su responsabilidad, desmercantilizando el bienestar y favoreciendo su transversalidad en todas las áreas políticas. Llegados a este punto, debemos preguntarnos ¿cuánto se ahorra el Estado cediendo el trabajo de cuidados a las familias?

Desde Izquierda Unida de Castilla-La Mancha proponemos y trabajamos para aportar una solución a esta clara desigualdad, exigiendo que el Estado efectúe políticas sociales para que exista realmente una responsabilización, desfemenización y desprivatización de los cuidados, sacándolos definitivamente del ámbito doméstico a la esfera pública. Cabe recordar que esas políticas encaminadas a conseguir una igualdad real,  deben ser dotadas presupuestariamente con una cantidad suficiente para desarrollarlas, ya que no se pueden implementar actuaciones efectivas y eficaces si no hay recursos para llevarlas a cabo.

En la huelga feminista del pasado 8 de marzo las mujeres salimos a las calles para visibilizar cuatro ámbitos que mantienen la desigualdad de género: laboral, estudiantil, consumo y cuidados. Las mujeres salimos a las calles para  visibilizar que los cuidados son desempeñados mayoritariamente por nosotras. Las mujeres salimos a las calles para gritar que los trabajos feminizados deben tener  reconocimiento social. Las mujeres salimos a las calles para demostrar que si no cuidamos, se para el mundo.

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