El pasado domingo 30 de septiembre, se presentaba en Tomelloso el proyecto del campo de golf municipal adaptado. Por su parte, Ecologistas en Acción de Ciudad Real se han manifestado al respecto a través de una nota de prensa de esta iniciativa que, según describen, «intentan venderlo como motor de desarrollo económico y como lugar de esparcimiento y pulmón verde de la localidad».
Para la agrupación, antes de llevar a cabo el campo, «el Ayuntamiento de Tomelloso debe tramitar la restitución o cesión de los terrenos, en manos de la Junta de Castilla-La Mancha, su preceptiva recalificación, y el escrutinio de los procedimientos de evaluación ambiental». Todo ello, según explican, enfrentándose al rechazo de agricultores y colectivos ciudadanos, que pueden concebirlo como una amenaza a un bien público y social que demanda usos sostenibles, y no proyectos demenciales propios de otras épocas.
Acorde a la opinión del grupo, «la defensa de las excelencias del campo de golf expresadas en rueda de prensa constituye una retahíla de falsedades y demagogia impropias de una sociedad, queremos pensar, educada e informada». Y es que, según han relatado, argüir la existencia de un estudio de sostenibilidad y viabilidad económica es una falacia, porque no identifica el origen de las captaciones de los recursos hídricos ni hace la menor estimación en cuanto a volúmenes con destino a irrigación y almacenamiento en balsas.
Se trata de unas cifras importantes teniendo en cuenta que un campo de golf medio tiene 18 hoyos, una extensión de 60 hectáreas y requiere un consumo medio diario de 1.500.000 litros de agua. «En una comarca con déficits hídricos estructurales y en un contexto de cambio climático con proyecciones preocupantes, pergeñar instalaciones de esta naturaleza raya el delirio o el surrealismo», han aseverado.
Por otro lado, han puesto de manifiesto que uno de los reclamos de este proyecto en la inclusión sociolaboral de las personas discapacitadas y el turismo. Sin embargo, explican que los campos de golf no son ni serán nunca yacimientos de empleo, cuya mano de obra especializada en su mantenimiento es muy baja y cuyas rentas generadas están directamente relacionadas con segundas residencias, hostelería, casinos, etc.
Se trata, por tanto, de «un modelo de la economía capitalista mafiosa que no genera riqueza en el territorio y que, por el contrario, urbaniza suelo público, esquilmando y contaminando acuíferos y suelos por el uso desmesurado de fertilizantes químicos, herbicidas y pesticidas».
