… tiene un tesoro.
Eso y un buen peluquero. Y cuando digo zapatero hablo de ese Señor que me escucha pacientemente mis súplicas y luego hace maravillas con mis pequeños zapaticos machacados y los devuelve como nuevos o casi como nuevos.
Viendo las fotos que subió Patricia a su blog y Raquel a Pinterest recordé que yo tengo unas joyas en el armario pendiente de sacar de paseo, todos los inviernos les doy una vuelta, tras 8 años conmigo están como nuevas (las compré en Alicante a mitad de precio y aún así me parecía que pagaba una fortuna por ellas) y solo es fruto de tres cosas:
– Son buenas
– Las cuido con muchas dosis de patato amor
– Elijo muy bien a mis zapateros
Buen miércoles a todos 🙂
Pd.- Cuando las saque de su guarida prometo foto decente para que veáis que la caña de la bota es una preciosidad y que sientan como un guante, ains se nota que las quiero eh! jajaja.