Este viernes el Barco de Lepe regresaba a su ubicación, el Parque Embajadores de Tomelloso, tras los trabajos de restauración que ha llevado la empresa ANRO. La embarcación se encontraba muy deteriorada debido a los efectos de la climatología en la madera con la que estaba construida. La intervención ha consistido en el forrado completo con chapa de la nave original. ANRO y sus empleados han donado el monumento a la ciudad de Tomelloso.
El Barco de Lepe —una embarcación de pesca— llegó a Tomelloso en abril del 2008 fruto del hermanamiento entre la ciudad onubense y Tomelloso. Los manchegos previamente habían agasajado a Lepe con unas tinajas que ornan una rotonda de la ciudad hermana. La humilde nave de pescadores, construida íntegramente en madera, ha ido sufriendo los rigores de la climatología manchega, llegando a encontrarse en un avanzado estado de deterioro. El Ayuntamiento de Tomelloso encargó a la empresa ANRO su restauración.
Donación a la ciudad de Tomelloso
El director general de ANRO, Rafael Rodríguez, explicó que al recibir el encargo de restaurar la emblemática embarcación y dado el estado en el que se encontraba la madera, temían que se descuadernara completamente al elevarlo con la grúa para trasladarlo a los talleres de la compañía. Afortunadamente el barco en esa primera instancia sufrió los mínimos percances y una vez en la fábrica acometieron el proceso de restauración. Este ha consistido en forrar el casco con chapa fina, envolviendo completamente a la nave. Rafael Rodríguez señalaba que el barco de madera está dentro del forro metálico.
Una vez terminado se procedió al granallado y pintado de la embarcación, tal cual se encontraba. Rodríguez durante su explicación destacó que la cubierta del barco está completamente cerrada, de forma que si llueve el agua no penetre en su interior, de forma que este monumento duré muchos años y el Ayuntamiento se gaste poco dinero en mantenerlo. “Esto es lo que han hecho todos los empleados de ANRO”. Los mismos trabajadores y la propia empresa ANRO decidieron donar el trabajo de restauración a la ciudad de Tomelloso.
«Nos sentimos orgullosos»
Por su parte, el alcalde de Tomelloso Carlos Cotillas, en nombre de toda la Corporación y de la ciudad, dio las gracias a los trabajadores y directivos de ANRO, “por lo que habéis hecho, presentarnos el presupuesto más barato que podía hacer nadie”.
El concejal de obras, Eugenio Ruiz aceptó el encargo hecho por el equipo de gobierno: buscar una solución de inmediato para el monumento. Y, explicaba Cotillas, “encontró a los mejores que lo podían hacer, unos vecinos de Tomelloso, ANRO”. El alcalde señaló también el temor que el izado de la nave representaba para el Ayuntamiento, “pero también eso lo habéis hecho muy bien”. Cotillas alabó el resultado en la intervención, señalando la alegría que ha supuesto que el Barco de Lepe vuelva a su sitio.
Lo que queremos es que dure muchos años, explicaba, “sintiéndonos orgullosos de que lo hayáis hecho vosotros, la empresa y los trabajadores de ANRO”. Además de las obras “que lleváis a cabo por todo el mundo, habéis trabajado de manera altruista para dedicar a vuestros vecinos este monumento, haciendo verdad que sois una empresa con responsabilidad social corporativa y con corazón”. “Este es el barco de Lepe, a partir de hoy vuelve a ser el barco de todos los tomelloseros y el barco de ANRO, de sus trabajadores y sus familias. En nombre de toda la corporación, muchas gracias”.
La ceremonia terminó con un símil de botadura, en tierra adentro, estrellando la directora de Compras de ANRO, Carmen Rodríguez, una botella de espumoso de Tomelloso sobre el flamante casco del Barco de Lepe.
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