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domingo, 24 noviembre
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Charo López, La Celestina, pone en pie el Teatro Municipal de Tomelloso con “Ojos de Agua”

Ojos de Agua

El Teatro Municipal de Tomelloso acogió este sábado la representación de “Ojos de agua”. Charo López da vida a uno de los personajes universales de la literatura española, La Celestina, en un soberbio monólogo basado en la obra de Rojas.

Álvaro Tato y Yayo Cáceres, dos de los pilares fundamentales de Ron Lalá han puesto la dramaturgia y la dirección. Acompañan a Charo López en escena Fran García, que da vida al Espíritu de Pármeno y canta y Antonio Trapote que toca la guitarra. El público, que casi llenó el Teatro, disfrutó (a pesar de que algunas veces hubiera que afinar el oído) con las vicisitudes de la vieja alcahueta.

La Trotaconventos (puta, bruja y vieja) va confesando al público, bueno, a las monjas del monasterio de Salamanca donde pasa sus últimos días, con voz queda, sensual,  y sin ningún asomo de pudor, su vida. Desde el primer novio (o lo que fuese) a las visitas a las riberas del Eresma, la Celestina, Charo López —se nos antoja que no podría ser otra actriz quien le diese vida— hace una crítica vitriólica y descarnada de los tabúes, prejuicios machistas y la corrupción del “quatrocciento” castellano, que con humor y anacronismos traslada a nuestra época,que quinientos años después siguen vigentes.

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Celestina, humana, sabe por sus heridas de guerra, que todos somos débiles. Todos somos pecadores, salvo las reverendas madres que la escuchan, claro. Salvo ellas, nadie se libra de caer, en una u otra medida en el pecado y que ella, Charo Celestina, se encarga de repasar: soberbia, avaricia, ira, gula, lujuria, envidia y pereza.

Ayudada por el espíritu cantarín de Pármeno, al que da vida Fran García y con la música de Antonio Trapote, van desfilando los recuerdos de la vieja alcahueta, los amores y tragedias de Calisto y Melibea, las traiciones de Sempronio y Pármeno y el dolor del Pleberio. Unas veces de memoria y otras, leyendo del libro, escrito con letras encarnadas, que daría la fama al licenciado Fernando de Rojas, pero que fue escrito por Celestina, con la tinta bermeja de su sangre. El manuscrito, ruega a las monjas, es necesario que no se pierda, pues de esa manera la vieja Trotaconventos nunca morirá.

Bogas Bus

Charo López es durante toda la obra la Celestina, como decimos más arriba tras verla no nos imaginamos a otra artista en ese papel. No se notó que en nada cumplirá 72 años, se mostró astuta, descarada, brava, sensual y cercana, buscando en algunos pasajes la complicidad del respetable.

El público del Teatro Municipal de Tomelloso, cuando cayó el telón virtual, dedicó una merecida larga ovación, puesto en pie, a la soberbia interpretación de nuestra Charo López. La Celestina en una de las frases habla de “Gozos y Sombras”, lo que nos llevó a recordar las decenas de series, películas y obras de teatro de esta actriz como la copa de un pino.

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