El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha denunciado este miércoles que es «un desprecio democrático» que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, no quiera debatir ‘a cuatro’ y ha defendido la actitud del candidato del PSOE, Pedro Sánchez, «dispuesto a debatir con quien sea».
Así ha respondido el también líder de los socialistas castellano-manchegos cuando, en un desayuno informativo organizado por Nueva Economía Forum, se le ha preguntado si considera un error que el secretario general del PSOE haya aceptado debatir con la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría en lugar de Rajoy, en el ‘careo’ en el que también estarán el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, y el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias.
«Pedro Sánchez dijo que está dispuesto a debatir con quien sea y alguien que quiere ser presidente del Gobierno tiene que tener esta actitud», ha afirmado Page, para después avisar que nadie va a «engañar a los españoles», porque van a ver «quién no está en el debate», quién «no se atreve a debatir».
A juicio del presidente de los castellano-manchegos, es «esencial a estas alturas» que Rajoy debata, porque se ha pasado «toda la legislatura sin dar ruedas de prensa, a través del plasma, y en el último momento quiere cambiar de actitud». «Y tomar a la gente por tonta no es buen consejo», ha apuntado.
LA VICEPRESIDENTA «PUEDE DEBATIR BIEN»
Dicho esto, ha apuntado que la vicepresidenta del Gobierno «puede debatir bien» y ha tirado de sarcasmo para apuntar que él sabe a «quién le va a molestar más que esté la vicepresidenta a que esté Pedro Sánchez», en una referencia que los presentes han entendido dirigida a la expresidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, a quien ha lanzado continuas ‘puyas’ durante el desayuno.
Sobre la posibilidad de regular por ley los debates, una propuesta que llevan los socialistas en el programa electoral para estas generales, Pague ha apuntado que «no es fácil». De hecho, ha recordado que ahora va a debatir «gente que no tiene un escaño en el Congreso», aunque sí experiencia en «tertulias noctámbulas».
