Casi nos pilla la Navidad, pero por cuarto año consecutivo visitamos el Belén de la Residencia San Víctor ¿Quién nos iba a decir a nosotros cuando empezamos que tendríamos hasta tradiciones?
El portero nos saluda y le pedimos que llame a sor Teresa. El hombre lo hace. Atronadoramente:
—¡Sor Teresa, sor Teresa, la buscan en portería! —retumba la megafonía
La monjita acude diligentemente a la llamada. En el patio está instalado el Nacimiento. Nos cuenta que se trata de una gruta “trinitaria”. Pero no de los seguidores de San Juan de Mata, la orden que redime cautivos, no. La monja se refiere a la Santísima Trinidad. Todo empieza en Nazaret con la Anunciación y el Magníficat, a la izquierda, según se mira. En el centro la Cueva de Belén. A la derecha, la huida a Egipto… y todo ello lo mueve el Padre.
Hablamos de la edad, de la tranquilidad de conciencia y de lo efímero de la existencia. Llega Ángel Grande, introduce una moneda en una máquina con forma de vieja y retruena un villancico. Regresamos a la Navidad.
Estando allí, el presidente y tesorero del Grupo Folklórico “Virgen de las Viñas” hacen entrega de una cesta que se sorteó en el pasado Festival Folklórico Navideños. Un buen detalle, una muestra de solidaridad.
Tras las felicitaciones nos vamos de la Residencia con nuestro espíritu navideño renovado.
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