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viernes, 22 noviembre
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Guardias civiles piden más seguridad en operativos como el de Argamasilla de Calatrava

Argamasilla de Calatrava

Las principales asociaciones de la Guardia Civil han vuelto a pedir que se refuercen las medidas de seguridad en operaciones como la de Argamasilla de Calatrava (Ciudad Real), que este jueves dejó ocho heridos por disparos, siete de ellos miembros del Instituto Armado que mediaron en el enfrentamiento entre dos familias de etnia gitana.

En el operativo desplegado en Argamasilla de Calatrava participaron doce agentes de la Unidad de Seguridad Ciudadana de la Guardia Civil. La unidad estaba compuesta por dos equipos, de seis agentes cada uno, pertenecientes a la Comandancia de Ciudad Real.

Todos disponían del chaleco reglamentario, pero sólo la mitad contaba con los cascos y escudos utilizados en este tipo de dispositivos, según han explicado desde la AUGC, que sostiene que «la mala planificación y la falta de medios pudieron causar una tragedia».

La operación, que continúa abierta, ha dejado de momento cuatro detenidos como consecuencia de un tiroteo relacionado con una historia de desamor con dos familias de etnia gitana implicadas: la de J.R.P., un joven de 19 años vecino de Puertollano, y la de su mujer, menor de edad, que había huido del hogar matrimonial poco después de contraer matrimonio para refugiarse en la vivienda de la barriada de Argamasilla, un pueblo de unos 6.000 habitantes.

La familia de la joven utilizó una escopeta de caza del calibre doce, según han informado a Europa Press fuentes conocedoras de la intervención de la Guardia Civil. «No se puede seguir con esta precariedad de materiales de seguridad», advierten las citadas fuentes, «imagina qué hubiera pasado si hubieran tenido un arma semiautomática».

UNA HISTORIA DE DESAMOR

El joven de 19 años había sido detenido días atrás después de que, desairado por la marcha de su esposa, fuese en busca de la familia de esta chica, abriendo fuego contra su suegro. Está acusado de un delito de homicidio en grado de tentativa.

La AUGC ha lamentado la «escasa información anterior» en disposición de los agentes desplegados en las dos operaciones simultáneas en sendos domicilios, uno en la localidad de Puertollano –donde resultó que no había nadie en su interior– y otro en Argamasilla de Calatrava. Fue aquí donde fueron heridos seis agentes por los proyectiles de la escopeta de caza y uno más por un forcejeo que se produjo a continuación.

«La situación podría haber resultado incluso más grave, ya que hubo agentes que agotaron toda la munición de sus armas reglamentarias, por lo que si se hubiesen prolongado los hechos o si estos hubiesen sido de mayor gravedad, con varias personas armadas, se podría haber producido una grave situación de operatividad y apoyo por parte de esos agentes», señalan desde la AUGC.

Tanto desde esta asociación como desde la APROGC han insistido en la necesidad de «un agente, un chaleco antibalas», subrayando que éstos deben ser individualizados y adaptados al cuerpo de cada miembro de la Guardia Civil, sea hombre o mujer. Poco después de conocerse estos hechos, la APROGC lamentó los heridos y lanzó un mensaje en las redes sociales: «Aprovechamos para recordar que los guardias civiles no vienen con chaleco antibalas de serie».

Este viernes ha sido dado de alta el guardia civil que se encontraba ingresado en el Hospital Santa Bárbara de Puertollano tras la reyerta del día de antes. Tiene 43 años y sufrió ocho lesiones en la pierna izquierda por plomillo y dos impactos en la pierna derecha.

La otra persona ingresada en el hospital, de 56 años, no pertenece a la Guardia Civil y este viernes ha sido trasladada al Hospital de Ciudad Real, donde permanece bajo custodia policial, según han informado a Europa Press fuentes del Sescam. Sufre una herida por arma de fuego en una pierna y múltiples lesiones por plomillo en el abdomen.

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MÁS DE 30.000 CHALECOS

El pasado 13 de marzo, la Guardia Civil informó de que «todas» las patrullas de seguridad ciudadana estaban ya dotadas con chalecos antibala. Concretó que, diariamente, hay sobre 6.000 patrullas de esta unidad desplegadas por España y que el Cuerpo dispone ya de 32.016 chalecos antibalas. «No hay ningún guardia civil que no disponga chaleco a la hora de prestar servicio», añadían.

La Dirección de la Guardia Civil aludía a los presupuestos de 2016 y apuntaba que la previsión era adquirir otros 3.000 chalecos, lo que supondrá, decían, que a finales de este año habría un total de 35.016. «Por lo tanto», insistían, «las necesidades de este tipo de material están totalmente cubiertas».

Tanto la AUGC como la APROGC matizan que esos chalecos están disponibles en cada unidad, pero sigue habiendo carencias en operativos que precisan de un refuerzo de agentes. En este sentido, añaden que la petición a la Dirección de la Guardia Civil es que, al igual que pasa con el arma reglamentaria, cada agente disponga de chaleco antibalas y, en el caso de las unidades especializadas, también de casco y escudo.

La Dirección Adjunta Operativa hablaba en marzo exclusivamente de los chalecos y recordaba que no estaba autorizado el uso de otro tipo de material que no fuese el facilitado por el propio Cuerpo, «ya que podría no contar con la homologación pertinente ni cumplir con las necesidades que se determinan a nivel operativo».

«Los chalecos antibala de los que dispone actualmente la Guardia Civil son los mejores que hay en el mercado de las mismas características, según los estudios realizados por la Subdirección General de Apoyo, que es la responsable de la adquisición del material y equipamiento policial», concluía la nota de la Dirección.

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