El recién constituido Consejo de la Lectura y Bibliotecas de Castilla-La Mancha ha aprobado hoy el Mapa de Bibliotecas, una herramienta de planificación revisable que determinará cómo tienen que ser las mismas en base a los tramos de población de los municipios que las integran.
Según ha explicado el consejero, este Mapa persigue el objetivo de distribuir “en tramos poblacionales” la totalidad de los municipios de la región y, en función de dicha población, “determinar los recursos” -colecciones, condiciones de apertura al público, personal, espacios y equipamiento- que las bibliotecas públicas necesitan.
“Tenemos la mejor Red de Bibliotecas de todo el Estado. Allí donde no llega el espacio físico en algunos de nuestros pueblos y ciudades están nuestros bibliobuses”, ha destacado Felpeto. “Agradecer el esfuerzo a todos los técnicos y responsables de la Administración por haber contribuido a dar forma a este Mapa”, ha añadido.
En lo referente al Consejo de la Lectura y de Bibliotecas de Castilla-La Mancha, Ángel Felpeto ha explicado que la constitución de este órgano, que ha tenido lugar hoy mismo por primera vez en 28 años, “es un paso más” en el desarrollo de la Ley de la Lectura y las Bibliotecas, una norma aprobada en 2011.
Además, ha concretado que está formado por 15 representantes de la administración y las bibliotecas y tiene como funciones la coordinación y el fomento de la cooperación entre los diferentes centros e instituciones integrantes del Sistema de Bibliotecas de Castilla-La Mancha.
Elaboración del Mapa de Bibliotecas de Castilla-La Mancha
En el proceso inicial de la elaboración del Mapa de Bibliotecas se partió de la realidad bibliotecaria regional conocida a través de los datos estadísticos que anualmente se vienen recogiendo.
A partir de dicha información, la Consejería creó un grupo de trabajo compuesto por profesionales bibliotecarios de distinto ámbito con el objetivo de concretar una propuesta de estándares que permitiesen con posterioridad la redacción del borrador inicial del Mapa, teniendo en cuenta los criterios básicos establecidos por la propia Ley.
Como conclusión, dicho grupo de trabajo redactó una propuesta genérica que adoptó la forma de indicadores cuantitativos que conforman, en cada caso, estándares de aplicación a cada municipio sobre la base de la distribución de los mismos en tramos de población.
El estándar, entendido como modelo o referencia, define el requerimiento mínimo que debe ofrecer el servicio bibliotecario en el municipio para un indicador dado en su tramo de población correspondiente.
La propuesta de estándar fue sucesivamente valorada en la Comisión Técnica de la Red de Bibliotecas quién a su vez realizó aportaciones sustantivas así como en la propia Viceconsejería de Cultura, hasta alcanzar el documento final.
Finalmente, ha trasladado de forma automatizada los conceptos de los estándares a cada uno de los municipios de la región, conformando lo que es, en sí mismo, el Mapa de Bibliotecas de Castilla-La Mancha, en el que los datos del modelo de servicio bibliotecario para cada municipio y aparecen reflejados a través de una ficha individual.
El contenido del Mapa será accesible en los próximos días para todos los interesados a través de la web de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha.