Para Ecologistas en Acción, la campaña pública de transformación de la Plaza auspiciada por el Ayuntamiento de Tomelloso – en el marco de los fondos FEDER – aparece descontextualizada de un plan urbanístico que incorpore al municipio a un escenario de gestión democrática del territorio, de sostenibilidad ambiental y equidad social.
En un comunicado de prensa la organización ecologistas señala que es más urgente la dotación de vivienda pública, rehabilitar los barrios degradados de la periferia, un plan de movilidad que ponga coto al tráfico rodado, la desaparición de las barreras arquitectónicas y la salida del casco urbano de las destilerías y alcoholeras.
Tomelloso, tercera población de la provincia, tiene problemas propios de un modelo de ciudad regido por políticas de crecimiento que la “han puesto a merced de automóvil, la creación de guetos o las infraestructuras emisoras de campos magnéticos”. Para Ecologistas en Acción, solo a través de un replanteamiento crítico del planeamiento urbanístico vigente es posible adaptar nuestra ciudad a unos parámetros de sostenibilidad básicos. El único instrumento válido es el POM, asegura el comunicado.
Las intervenciones estelares, como la contemplada, no van a resolver, ni de lejos, los problemas y contradicciones de las malas políticas urbanísticas de los últimos treinta años, señala la nota. Y es que el proyecto de remodelación de la Plaza está desconectado de un todo complejo y cambiante, como es la ciudad.
La actuación en espacios simbólicos, como la Plaza, puede provocar también efectos de agravio comparativo en sectores y barrios que reclaman una mayor atención de las administraciones. Ecologistas en Acción no cree que la reforma de la Plaza exprese la voluntad de la mayoría, “tratándose, probablemente, de una cesión del Ayuntamiento a los intereses o presiones de los empresarios para dinamizar la actividad comercial del centro”.
Para Ecologistas en Acción, en las propuestas de remodelación del espacio urbano, y como norma general, ha de delimitarse un equilibrio de su uso, no concediendo arbitrariamente privilegios a la actividad comercial o turística, que a la larga puedan propiciar casos de especulación inmobiliaria o molestias al vecindario.