Tomelloso se volcó, un año más con la entrega de los Viñadores. Un acto emotivo y cercano que el pueblo de Tomelloso entrega a empresas, colectivos y personas que destacan en distintos ámbitos. El acto, que fue presentado por Cristina Marín y amenizado por la Coral del Conservatorio Municipal de Música, contó con la presencia de la alcaldesa, Inmaculada Jiménez, la delgada de la Junta en Ciudad Real, Carmen Olmedo, la alcaldesa de Socuéllamos Pruden Medina, el gerente del hospital de Tomelloso, Antonio Sanz, la presidenta de la Asociación de Empresarios, Esther Belló y una representación de los grupos políticos municipales. Fueron reconocidos Aperos Tomelloso, Ramarsan, Carpe Diem, José María Belló Picazo y la Supernenas.
En los prolegómenos, alcaldesa de Tomelloso, Inmaculada Jiménez, dijo que se trata de un día muy especial porque se homenajea a todos los agricultores y se reconoce a personas y colectivos que destacan en su trabajo en beneficio de Tomelloso. Son ya 21 años de Viñadores, siempre muy especiales, por lo que tuvo palabras de agradecimiento para el padre de estos premios, el ex-alcalde Ramón González, que el año pasado recibió el Viñador de Honor. Para la alcaldesa es un lujo reconocer el esfuerzo y trabajo de todos ellos con un título tan especial y todo un orgullo celebrarlo en esta entrega de premios.
Carmen Teresa Olmedo que agradeció la oportunidad como representante del Gobierno regional de estar en este acto por primera vez. Para Olmedo, se trata de un acto muy bonito que sirve para reconocer a todos aquellos que trabajan y luchan día a día por Tomelloso por lo que el Gobierno de C-LM tenía que estar aquí. Agradeció su labor a los premiados, les felicitó por sus premios y les animó a seguir en ese trabajo tan importante para toda la región.
Cristina Marín tuvo unas palabras de agradecimiento para Ramón González, presente en el acto, impulsor de los Viñadores y felicitó a los premiados, emblema de sus respectivos campos. La presentadora presentó a los galardonados a través de distintos textos, enlazando estos con la actividad por la que eran reconocidos.
A Aperos Tomelloso, el primero de los galardonados, lo introdujo con un texto de “Voces en Ruidera” de Francisco García Pavón. La Mancha y su paisaje de llanura absoluta sirvió para que la presentadora señalase que a pesar de la nueva y moderna época agrícola, seguía siendo necesario el trabajo artesano y el amor a lo bien hecho.
Sin agricultura no hay futuro
Juan Luis Navarro apadrino a Aperos Tomelloso, un proyecto que en abril de 2001 emprenden “Sopas” y “Palotes”. Con ayudas familiares y sin vivires, José María Grande y José María Lara ponen en marcha un negocio en el que los clientes son amigos. Fabrican aperos para el trabajo de la tierra, señaló el padrino. El tiempo es el aliado, la agricultura ha evolucionado y Aperos Tomelloso está siempre al día. El secreto de su éxito, dijo Navarro, es el trabajo diario y, como todo esfuerzo tiene su recompensa. La aspiración de estos dos emprendedores es mantener su proyecto y que la agricultura siga alimentando a las familias de Tomelloso.
La coral interpretó “Dos poemas manchegos”, de Javier Busto, pieza basada en una composición de Juan Torres Grueso.
José María Grande, “Sopas”, agradeció el premio y felicitó a los galardonados. Dio las gracias a las familias de los dos socios, a los que el cielo se llevó y a los amigos y clientes. Reiteró que desciende de una familia de agricultores y confesó que la mayor ilusión de las dos mitades de Aperos Tomelloso es seguir dando servicio a los agricultores de Tomelloso. Sin agricultura no habrá futuro, aseveró José María para acabar.
Los mantecados siguen sabiendo a gloria
Con unas estrofas del poeta tomellosero Manuel Moreno Díaz, Cristina Marín presenta al siguiente de los premiados. Ramarsan, que lo es en el ámbito económico, que elabora con primor un producto que es, a la vez, un dulce y un recuerdo de estas tierras.
Vicente Martínez Onsurbe, presentó a la empresa premiada buscando, entre otras, las palabras dulce y crujiente. Inspirándose en Rafael Martínez Sánchez, que erigió siete chimeneas en la calle Goya para elaborar, con la ayuda de su esposa Marina, mantecados. El hojaldre, dijo el padrino en otro pasaje de su discurso, se crece con la música, la del eterno tarareo del fundador. Los mantecados siguen sabiendo a gloria, seguimos separando las capas y comiéndolos de dos bocados. Rafa e Inma (los actuales propietarios) abandonaron el negocio de la noche por las madrugadas del hojaldre y las galletas. “Ramarsan, te lo mereces, desde que empezaste con tu caballo Rayo”.
La coral interpretó, en honor a Ramarsan, el “Ligth my fire” de The Doors en versión bossa nova.
Rafael Martínez, tras agradecer el galardón recordó a su padre al que hubiera hecho mucha ilusión recibir este premio de los suyos. Tuvo un agradecimiento especial para quienes les han acompañado estos años, a sus hijos y a su esposa, también a las mujeres que han pasado durante todo este tiempo por el obrador. Sin sus manos y cariño no se habría podido mantener la excelencia de los productos artesanos de Ramarsan. Agradeció el apoyo de la alcaldesa y finalizó asegurando que trabajan por llevar el nombre de Tomelloso bien alto.
Profetas en su tierra
“Amor, amor que está herido. Herido de amor huido”, con esos versos de El Amor de don Perlimplín de Lorca, Cristina Marín presentaba a Carpe Diem, a sus compañeros de Carpe Diem, Viñador en el ámbito Cultural. El teatro, dijo es una escuela de llanto y risa y la compañía galardonada “habéis vivido como si no hubiera un mañana”.
María Eugenia Moya, presidenta de la Federación Regional de Grupos Aficionados de Teatro de Castilla-La Mancha dijo que le gustaría ser de Tomelloso este lunes de reconocimientos, una ciudad que es el epicentro de la cultura de la región que emana de las raíces del viñedo. Si, como dijo Federico, un pueblo que no ayuda y no fomenta su teatro, si no está muerto, está moribundo, Tomelloso es un ejemplo de pueblo que fomenta su teatro y que está pleno de vida. El inicio de todo esto, señaló está en José María Arcos, el sembrador primigenio. Carpe Diem lleva 23 años, ha llevado a cabo 21 montajes en los que han participado 412 personas. Tras hacer un recorrido por este casi cuarto de siglo, defendió que el fin último del teatro es dar a los demás.
La Coral de Conservatorio de Tomelloso interpretó Lacrimosa del Requiem de Karl Jenkins.
Miguel Ángel Berlanga, director y artífice de Carpe Diem aseguró que había que dar gracias al público, siempre. Recordó que la compañía nació hace 23 años buscando conseguir dinero para la tragedia de Ruanda. Desde el principio Tomelloso ha apoyado a Carpe Diem “hemos sido profetas en nuestra tierra” y siguen adelante porque la gente de su ciudad les anima. El éxito de Carpe Díem es el trabajo y la elaboración de las obras. Él, Berlanga, lee una historia y crea unos personajes que están deseando salir; habla con ellos, los estudia y cuando están listos los entrega a los actores. Los actores, durante meses se meten en ellos, les dan vida, los tratan con respeto y amor. Y el público recibe ese amor. Y por ello, Carpe Diem (sus miembros puestos en pie en el patio de butacas) aplauden al público. Este Viñador, subrayó Berlanga, es el mejor ¡bravo! que se le puede dar a Carpe Diem, galardón que dedicó a todos los grupos amateur de Tomelloso.
Juntos movemos montañas
Neruda escribió “Dulce hay que ser y darse a todos, para vivir no hay otro modo de ser dulces” y Cristina Marín dijo que la sombra dulce de José María Belló, el Viñador en el ámbito de Acción Social.
Mari Cantos, la presidenta del Club Los Delfines, explicó que el galardonado la eligió por estar ligada a su vida a través del Club Los Delfines. Lo conoce desde hace casi veinte años que entró como voluntario del club, “José María, eres todo para nosotros”. Con su “Proyecto Solidario” 6 desfibriladores para espacios deportivos que incluyeron cursos de formación para 48 trabajadores del área municipal de Deportes. También ha colaborado con el Centro de la Mujer en diversas actividades dirigidas a este colectivo, ha llevado la charla “Cuida tu espalda, es para toda la vida” a los colegios de Tomelloso para prevenir a los escolares.
La Coral del Conservatorio interpretó, en honor de José María Belló, “The Seal Lullaby” d Eric Whitacre.
El homenajeado agradeció el galardón y destacó que conseguir algo con esfuerzo es propio de los ancestros de nuestra ciudad. José María dijo haber presumido mucho de Tomelloso, un lugar donde hay mucha gente que trabaja por mejorar el día a día de los demás. Agradeció a su familia el haberle abierto los ojos para que descubriese que en el mundo había gente que lo pasaba mal. Para acabar, Belló aseguró que todo el mundo puede ayudar y que juntos movemos montañas.
El mejor ejemplo de vida en el que mirarnos
Con “La mujer del pañuelo” de Francisco Navarro, Cristina Marín presentó al Viñador de Honor 2017, las Supernenas, el colectivo de mujeres afectadas de cáncer. Admirables heroínas a las que hay que recordarles que no se rindan.
Actuó como madrina del colectivo la alcaldesa de Tomelloso, que se sentía orgullosa de conceder el galardón a este grupo, embajadoras de la superación y la vida. Se merecen admiración, respeto, fortaleza y solidaridad. Para Inmaculada Jiménez, conocerlas ha sido uno de los mayores privilegios que ha tenido como alcaldesa. Mandó un abrazo a las que ya no están y subrayó que su apoyo a este colectivo, como mujer, alcaldesa y tomellosera, será siempre fiel. “Tenéis el mejor de los sueños”, el futuro “os pertenece” y “sois el mejor ejemplo de vida en el que mirarnos”. La alcaldesa destacó la labor de su portavoz y alma mater, Montserrat Jiménez, a la que dio las gracias “por lo que me estáis dando tú y todo el colectivo” Esta labor es el mejor regalo que se puede hacer en la vida. La alcaldesa, tras repasar la labor de este grupo de mujeres mostró su compromiso de apoyo a sus demandas, las que les hagan falta para mantener “vuestra sonrisa”. En una noche de amor y solidaridad de todo un pueblo, dijo para acabar.
La Coral interpretó “Te quiero” de Mario Benedetti. Y todas las Supernenas subieron a recoger el Viñador en uno de los momentos más emocionantes de una intensa noche.
Montse Jiménez dio las gracias, también a las alcaldesas de Tomelloso y Socuéllamos. Dijo sentirse orgullosa de Tomelloso, de una ciudad que sabe ver la valentía del colectivo. Ha sido un Viñador muy repartido, ha ido a parar a casi toda España. Dijo de sí misma que era una soñadora que cree que se puede cambiar nuestro interior y que, por supuesto, la alegría se contagia. Montse eligió crear relaciones de cariño para ser felices, porque las personas que lo son viven más años. Señaló que el día que comprendió que lo único que se va a llevar es lo vivido, comenzó a ser feliz. Y, claro, no hace falta tener alas por ser un ángel, ya que “la vida no vivida es una enfermedad que mata”. Recordó a Rosa Beatriz, Maribel y Virtu que ya no están entre nosotros. Auguro que “seremos leyenda porque nos mueve la fe y el amor”.
La Coral del Conservatorio puso fin a la emotiva noche con Ain’t No Mountain High Enough y el Himno a Tomelloso.