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lunes, 25 noviembre
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Regantes se unen frente a inversores que “agravan” el déficit del Segura “depredando” y “monopolizando” el agua

A través de una moción, esta Plataforma reclama "transparencia" a la CHS en al gestión de los recursos hídricos de la cuenca

Agricultores de los regadíos originales de la Región de Murcia, Castilla-La Mancha, Andalucía y Valencia han formado una plataforma para pedir «transparencia» a la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) en la gestión de los recursos hídricos frente a grupos de inversión del «agronegocio» industrial que «depredan» el terreno y «monopolizan» el agua «agravando» el déficit de la cuenca.

Se trata de la ‘Plataforma de Regantes y Ciudadan@s de la Cuenca del Segura, Segura Transparente’ que, de momento, integra a varias decenas de agricultores y organizaciones pero que pretende ir en aumento a partir de su presentación este jueves en un acto público en el que han participado cuatro de sus responsables, Ángeles Trujillo, José Manuel López, José Torrente y Guillermo Sánchez.

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En concreto, la Plataforma se propone elevar una moción a los distintos ayuntamientos de la cuenca del Segura, para lo cual ya se han puesto en contacto con las distintas formaciones políticas. De momento, en zonas como la Vega Baja sólo han obtenido respuesta de PSOE, Izquierda Unida y Podemos, aunque dejan la «puerta abierta» a sentarse en la mesa con otros partidos como el PP, tal y como ha señalado López.

La Plataforma ya ha redactado la moción, a la espera de que sea suscrita por las diferentes formaciones que estén dispuestas a llevarlas a los plenos municipales. En ese texto, la Plataforma se reivindica como un movimiento social que, «con una sola voz», integra a agricultores de los regadíos originales de las cuatro comunidades autónomas afectadas y que han utilizado sus derechos históricos de riego «de manera responsable y sostenible».

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En concreto, los integrantes de la Plataforma remarcan que las «expertas manos de los cultivadores», mediante el uso de técnicas tradicionales y actuales, han manejado los recursos hídricos renovables asociados al cauce del Seguro, afluentes, acuíferos y manantiales, «ofreciendo economía y calidad de vida a pueblos y ciudades».

Todo ello, «alimentando un tejido productivo de pequeñas y medianas explotaciones, muchas de ellas de tipo familiar, que representan un verdadero regadío social, al tiempo que han conformado un paisaje del que los ribereños nos sentimos orgullosos», tal y como reflejan en la moción.

Sin embargo, los miembros de la Plataforma observan «con gran preocupación» cómo algunos sectores económicos y grupos de inversión del «agronegocio industrial han ido implantándose por el territorio, al tiempo que confunden e intoxican a la opinión pública al proclamarse como los defensores de la huerta levantina».

En concreto, reprochan que estos grupos inversores se autoproclaman de esa manera a pesar de haber sido «corresponsables de importantes ampliaciones de superficie de riego de dudosa legalidad, transformando zonas de secano e incluso monte, contribuyendo a agravar, de manera insostenible, el déficit hídrico de la cuenca del Segura».

A su juicio, los grupos inversionistas «acaparan tierras y monopolizan el uso de las aguas del Segura, esquilmando acuíferos, destruyendo el paisaje, contaminando lagunas, depredando la huerta, recursos naturales, influyendo negativamente en el ecosistema y en la forma de vida que nos viene dada de tiempo inmemorial».

EQUILIBRIO

Frente a la «insostenibilidad» del «agronegocio» levantino, la Plataforma defiende el «equilibrio del agroambiente», centrando su lucha en lograr la plena transparencia de la gestión de todos los recursos hídricos, tanto superficiales como subterráneos, así como de los usos reales y destinos finales de todos los volúmenes de agua que deben gestionar impecablemente el organismo de cuenca».

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Y es que «ha llegado un momento en el que no se puede tener esta oscuridad», según Trujillo, quien lamenta que, en ocasiones, los regantes ven que pasa agua por la puerta de su casa «sin saber dónde va porque allí no está regando nadie».

«Yo veo poner motores sacando agua y no sé a dónde va luego», según Trujillo, quien señala que quien tiene que ser transparente es quien gestiona el organismo de cuenca, que es la CHS, y tiene que modificarse también su sistema de funcionamiento».

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En segundo lugar, la Plataforma reclama la conservación, mantenimiento y apoyo a los regadíos tradicionales e históricos que, a su valor productivo unen los valores paisajísticos, ambientales y culturales, destacando un patrimonio hidráulico tradicional de enorme valor». Y es que «de pronto se nos ha olvidado la historia y ya no cuenta para nada», según Trujillo.

En tercer lugar, exigen la conservación de los ecosistemas y biodiversidad del río Segura, sus afluentes y manantiales, «erradicando su contaminación de origen agrario, urbano e industrial, ligada a una salinización creciente, especialmente acuciante en la Vega Baja».

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«Estas tres cosas son básicas para que podamos conservar los sistemas tradicionales de riego y se les pueda ayudar», porque «hay muchas ayudas para mantener el mundo rural en Europa y hay también directivas importantes que hay que tener en cuenta y de las que hay que echar mano», ha concluido Trujillo.

«LA HUERTA NO ES COMPATIBLE CON LA ESPECULACIÓN»

López, como portavoz de la Vega Baja del Segura, ha lamentado que, durante años, la gente se ha conformado con que el agua estuviera bien «hasta su pueblo», sin importar lo que sucedía en la parte posterior del cauce.

En 2015, con las reservas de agua por encima del 65 por ciento, López ha recordado que les reclamaron un trasvase de agua y ellos reivindicaron una ,esa en la que estuvieran presentes los regantes de toda la cuenca, desde Albacete a la Vega Baja y del Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura, en la que «se negoció realmente lo que todos queríamos».

López ha señalado que, en ese momento, todas las partes pusieron sobre la mesa sus reivindicaciones. «Algunos querían toda el agua porque se dieron cuenta de que el trasvase Tajo-Segura no discurriría, ya que los castellano manchegos también tenían derecho a regar», ha señalado. Frente a ello, ha lamentado que «nadie quiere reconocer el cambio climático ni la demanda tan espectacular de agua».

En concreto, López se pregunta de dónde va a salir el agua para abastecer esa demanda, y cree que ahora «nos damos cuenta que no quieren sólo el agua en superficie, sino también la del subsuelo, la de las depuradoras y la de las desaladoras, a pesar del boicot al que han sometido a estas instalaciones».

En este sentido, ha lamentado que el pasado mes de diciembre y enero «se condenó a la Vega Baja a inundarse porque teníamos el riego sin limpiar y los mecanismos para desaguar no estaban preparados». De hecho, ha recordado que bajo el puente de su pueblo, en Rojales, pasaron 300 hectómetros cúbicos de agua «y no había capacidad para elevar esos recursos a pantanos».

López ha achacado esa situación a que el agua «traía niveles de contaminación altísima» y los responsables «no eran capaces de tratarla. Por eso, se pregunta «de dónde venía tanta porquería».

En este sentido, ha lanzado un mensaje de alerta porque la situación es «extrema» y la huerta es necesaria «porque si no lo vamos a pasar mal climatológicamente». Así, lamenta que «se necesita regar más y mantener a millones de turistas» mientras «no se paran de demoler montes y cualquier cosa porque se piensa que esto es infinito». A este respecto, ha advertido que la huerta «no es compatible con la especulación».

Asimismo, ha arremetido contra los que se han dedicado «durante décadas» a sembrar la cuenca de «pancartas» como la de «agua para todos» y «crear falsas expectativas». Así, Torrente ha criticado que los políticos «les interesa dividir» en torno al agua y son «incapaces de hacer lo que hemos hecho nosotros, unirnos».

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