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domingo, 22 diciembre
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La idea de vender rosas para financiar el viaje de fin de curso acaba en un gran proyecto en el Alto Guadiana

Una actividad en la que se han implicado un gran número de alumnos poniendo en marcha distintos trabajos y aprendizajes

En un giro creativo en la celebración del Día de San Valentín, el Instituto de Educación Secundaria Alto Guadiana ha emprendido una iniciativa singular para recaudar fondos destinados a su viaje de fin de curso. La actividad ha consistido en la venta de rosas decoradas, una propuesta que ha implicado a los alumnos y alumnas de 4º de la ESO en un esfuerzo colectivo por alcanzar un objetivo común.

Según Tania y Oana, estudiantes implicadas en la organización, la idea surgió de una sesión de brainstorming con su tutor, Iván, quien propuso la venta de rosas como un medio efectivo y simbólico para recaudar los fondos necesarios. «Lo que hemos hecho es adornar las rosas con paniculatas y ofrecerlas en dos colores, rojo y blanco, simbolizando el amor y la amistad respectivamente», explican las estudiantes. Además, como parte de la dinámica, se organizó un sorteo en el que participaban aquellos que se fotografiaban en un photocall instalado para la ocasión y compartían la imagen en Instagram etiquetando al instituto.

Este photocall, que permaneció montado en el hall del instituto durante aproximadamente una semana, no solo sirvió para promover la venta de las rosas sino también para fomentar la participación entre los estudiantes. «La idea de ofrecer rosas no solo a parejas sino también como gesto de amistad ha sido muy bien recibida», añaden Tania y Oana, destacando la inclusividad y el amplio espectro de relaciones que se han querido celebrar con esta iniciativa.

La jefa de estudios, Rosa Sánchez, y el director del centro, Francisco Simón, también han compartido su entusiasmo por el proyecto. Sánchez destaca el aprendizaje multidisciplinar que ha supuesto para los estudiantes, involucrándoles en un trabajo que abarca desde el emprendimiento hasta la comunicación y el diseño. «Han vendido unas 300 rosas y siguen con la distribución, ofreciendo incluso algunas sorpresas», señala Sánchez.

Por su parte, Francisco Simón resalta la importancia de este tipo de actividades para fomentar la sensación de pertenencia y el compromiso de los estudiantes con su centro educativo. «La motivación inicial era recaudar fondos para el viaje, pero el valor añadido ha sido ver a los estudiantes trabajar con ilusión y sentirse parte activa de nuestra comunidad», apunta Simón.

Este proyecto no solo ha servido para acercar a los estudiantes a su meta financiera para el viaje de fin de curso, sino que también ha reforzado lazos dentro de la comunidad educativa, demostrando cómo la creatividad y la colaboración pueden transformar una tradicional celebración en una oportunidad para el aprendizaje y el crecimiento de todos.

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