A raíz de la celebración en los jardines del Parque de la Constitución de la primera edición del Burger Fest, Ecologistas en Acción ha expresado su desacuerdo con un evento que fomenta el consumo de carne, desoyendo las recomendaciones de organizaciones sanitarias que advierten de los riesgos asociados a una dieta basada en proteína animal, procesada en su mayor parte, y que favorece o incrementa el riesgo de enfermedades cardiovasculares o diabetes tipo 2. También consideran que no menos importante es la contribución de la ganadería industrial a la contaminación ambiental, a la demanda voraz de agua y al calentamiento global.
Desde Ecologistas en Acción afirman que entienden que la Asociación de Empresarios de Tomelloso, con la asistencia del Área de Promoción Económica del Ayuntamiento, impulse un sector tan importante en el municipio como la hostelería y la restauración, especialmente damnificados por el confinamiento a causa del coronavirus. Sin embargo, consideran que el enfoque que se proporciona distorsiona las demandas y urgencias de una ciudadanía que no es ajena a las certidumbres, debates y llamamientos formulados desde la ciencia, las instituciones públicas y privadas, los medios de comunicación y actores de la sociedad civil.
La agrupación recuerda que el consumo abusivo de carnes rojas y procesadas (más de 300 gramos por persona a la semana según la FAO), “alentado por agresivas campañas publicitarias de unas pocas firmas que disfrutan de una posición de monopolio en el mercado”, puede provocar enfermedades relacionadas con el cáncer colorrectal, la obesidad, diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares, enfermedades del intestino, enfermedades crónicas del hígado, la salud mental o la muerte prematura.
Según exponen en nota de prensa, estudios de la Organización Mundial de la Salud (OMS) así lo certifican. Aunque concurran otros factores como el tabaquismo, el sedentarismo, la contaminación ambiental y la genética, se habla de enfermedades que llevan camino de convertirse en pandemias, cuyo tratamiento supone un verdadero desgaste para un sistema público de salud al borde del colapso.
Ecologistas continúan exponiendo que la producción cárnica en régimen intensivo representa uno de los mayores desafíos medioambientales; contaminación de suelos y acuíferos por antibióticos y nitratos, emisiones de metano (gas de efecto invernadero mucho más potente que el CO2), comercialización de piensos transgénicos procedentes de cultivos ubicados en inmensas áreas deforestadas de Sudamérica.
Asimismo, han destacado que las grandes concentraciones de animales son una fuente de epizootias, como la gripe aviar, la peste porcina africana (PPA) o la encefalopatía espongiforme bovina (EEB), que pueden motivar la declaración de alertas sanitarias. Las macrogranjas se enfrentan a un fuerte rechazo social, entre otras razones por arruinar sueños e inversiones de familias que se empecinan por mantener su vínculo con el medio rural. Otra de las caras más visibles de la ganadería industrial es el hacinamiento y el maltrato animal.
Para los ecologistas, las autoridades públicas tienen la obligación de promocionar (especialmente en la población escolar) hábitos de alimentación saludables y sostenibles, primando el consumo de verduras, legumbres y hortalizas de variedades locales y, a ser posible, de producción ecológica. Por ecología y salud pública, es inexcusable incidir en la reducción del consumo de carne y que esta sea de ganadería extensiva convenientemente reconocible en etiquetados de certificación.
Por último, la agrupación ha reclamado el uso inadecuado, abusivo, que parece no ceñirse a las ordenanzas municipales, de los jardines del Parque de la Constitución. Según exponen, el cercado de todo su perímetro lo inhabilita como espacio de uso público, siendo inconcebible que durante todo el verano permanezca cerrado, impidiendo el libre acceso y disfrute por parte de la población. Desde Ecologistas en Acción piden, sin dilación y excusas, la reapertura de los jardines del Parque de la Constitución.
Llevan toda la razón. Hay cientos de recetas de hamburguesas vegetales que también podían haber hecho, y aún así vegetarianos y veganos no teníamos ninguna opción alimentaria, yo no fui precisamente por eso. Cada vez estamos más gente que eliminamos el consumo de carne de nuestra alimentación por diferentes motivos, hubiera estado bien que al menos hubieran contado con esa opción.