Nos pasamos gran parte del tiempo pensando en la llegada de las Navidades, por las reuniones con familiares, amistades, compañeros/as de trabajo, vacaciones, regalos, afrontamiento ante primeras ausencias… pero, como todo, pasamos más tiempo organizando que disfrutando, pues se «pasa el tiempo volando» y aquí estamos, comenzando de nuevo otro año, volviendo a la rutina, retomando hábitos y cambiando otros.
¿Qué significa enero? ¿Qué valor le damos al comienzo del año? En la mayoría de los casos, nos proponemos cambios en hábitos, retomar actividades o incluso iniciarlas… pero, sobre todo, volver a la rutina.
En primer lugar, es inevitable finalizar el año sin reflexionar sobre aquello que hemos conseguido y lo que aún nos queda sin alcanzar. Por ello, nos marcamos nuevos propósitos o continuamos con los ya establecidos e intentamos que todo encaje con la vuelta a la rutina, ya que se altera durante las épocas festivas.
¿Qué podemos hacer para darle forma a nuestros propósitos y que la «vuelta a la rutina» sea más llevadera y tranquila? Algunas recomendaciones sencillas a tener en cuenta:
Por un lado, ¿propósitos nuevos o continuamos con los inacabados?
- Es importante terminar para poder avanzar, porque si no, tendremos la sensación «de que las cosas están inacabadas» y nos sentiremos frustrados por no llegar a donde nos gustaría.
- ¿Cómo deben ser los propósitos que nos marquemos? Deben ser realistas y siempre adaptados a nuestro contexto y características individuales; no te fijes en lo que el otro se propone, pues es el «propósito de otra persona», no el tuyo.
- Los propósitos se convierten en metas a seguir y estas debemos descomponerlas en pequeños objetivos a desarrollar, fáciles de conseguir, para motivar cada paso que das, ya que la meta puede ser lejana, pero el objetivo cercano y necesitamos sentir que avanzamos en la dirección elegida.
¿Y ahora cómo encajamos estos propósitos con la vuelta a la rutina? Debemos ser conscientes de que es como un ciclo, es decir, se repite en el tiempo cada cierto tiempo: verano, septiembre, año nuevo… Por lo que, aunque lo dudes, tienes las estrategias necesarias para volver a empezar. Partimos de la ventaja de que todos conocemos nuestra rutina, ¿verdad? Por tanto, ¿qué podemos hacer para recuperar nuestro orden?
- Aprender a planificar con antelación, responde a preguntas del tipo: ¿qué necesito? ¿materiales, ropa, coche…? ¿Dónde tengo que ir? ¿tiempo entre esos lugares? Y respóndete para iniciar el orden; no te precipites y no lo dejes «para el último momento; las prisas no son buenas».
- Fundamental: la organización es una prioridad. Mira tus tiempos reales, no solapes una actividad con otra, te encuentras con imprevistos que pueden surgir, los cuales no generan estrés, porque «no llegamos y nos hacen correr».
- Al retomar las actividades o plantearnos otras nuevas, deporte, ocio, salidas… vamos a elegir con coherencia. «Todos los días al gimnasio», «comer sano» (habituales al iniciar el año), ¿sería el ideal? Sí, pero no la realidad. Esta dependerá de cada persona; si voy a ir la primera semana y después… nada, no es efectivo. Siempre se deberá adaptar a las circunstancias individuales, tal vez dos días de deporte, salida… y según mi cuerpo responda, podemos aumentar o mantener la frecuencia. Es mejor «muchos pocos» que ninguno. Recuerda que lo más importante es la constancia y la persistencia, lo que contribuye a tu bienestar físico y emocional, y esta ha de ser tu meta y así parte del camino lo habrás andado.
- Mamás y papás, en la vuelta a la rutina, comienzan las clases; recordad que no es un inicio, sino una continuación de lo que ya lleváis hecho. En estos casos, hay lunes, reloj, llegamos tarde… para, relájate, respira y busca la calma, porque vais a llegar; no merece la pena enfadarse, alterarse, porque iremos más lentos y con peor actitud. Importante: que lo que necesitemos esté preparado con antelación, ropa, mochila… no lo dejéis a la mañana, que luego las cosas no aparecen. ¿Verdad que la teoría nos la sabemos todos? Intentad practicar esto todos los días y al final saldrá.
Como veis, no es ni tan fácil ni tan difícil; es buscar vuestra planificación, vuestro orden y organización. No todo tiene que salir perfecto a la vuelta ni al inicio, pero observad que la mayoría de ellas sí os saldrán. Recordad atender a lo que necesitáis y que es un ciclo que se repite, así que generad vuestras propias estrategias eficaces y será más fácil cualquier cambio, inicio o fin.
Empezamos… ¡Feliz año!
