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viernes, 20 diciembre
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Elena Díaz, poeta de Tomelloso: «La poesía está muy maltratada hoy en día»

Nos sumergimos en la mente de esta joven poeta tomellosera con el fin de descubrir qué le impulsa en el día a día a crear poemas

Rápido, efectivo, instantáneo, explosivo… Parecería que con estas palabras me estoy refiriendo al último modelo de deportivas de moda o a un alimento ya preparado en el que tan solo nos tenemos que preocupar de servirlo y comerlo. No obstante, estas palabras creo que representan muy bien el estado en el que se halla el mundo cultural.

Esto no es algo que yo me haya inventado, el crítico y cinéfilo Alejandro G. Calvo habla mucho de esta idea de ‘cultura algorítmica’ en sus reseñas, un fenómeno aberrante que ha infectado todo tipo de ramas artísticas. Algunos ejemplos pueden ser el cine, con el contenido en streaming que sirve plataformas como Netflix, la literatura, donde ya no se mide la calidad de sus textos sino la efectividad de sus palabras o la poesía, con cada vez más autores que embaucan a sus lectores con palabras adornadas y reflexiones vacías.

No mentiré, suena algo desalentador pensar de esta manera de nuestro mundo, y, sin embargo, creo que esto es una oportunidad para todas aquellas personas que utilizan el arte, no como una forma de obtener rédito económico, sino como un vehículo donde manifiestan sus sentimientos más oscuros, para resaltar por encima de otros autores mediocres. Un ejemplo de esto podría ser la poeta tomellosera Elena Díaz, una joven de 20 años que lleva inmersa en el verso y la rima desde la secundaria y que en el pasado año publicó su primer poemario titulado Adrede, pero sin querer.

Elena Díaz, poeta de Tomelloso: "La poesía está muy maltratada hoy en día"
Elena Díaz, poeta (izquierda) y Patricia Pedroche, ilustradora (derecha)

Hablar de Elena Diaz, es distanciarnos del “efectismo” y de la artificialidad de los autores que son fácilmente reproducibles y acercarnos más a las librerías que frecuentaba Alejandra Pizarnik o a las cafeterías llenas de humo donde Lorca desayunaba. Es hablar de una joven consciente del momento que está viviendo, que no tiene miedo a criticar su obra y que entiende, que todavía no ha “aterrizado en los pensamientos y el corazón de la gente”.

¿Por qué poesía?

Pero no nos adelantemos tanto, porque parece que ya estamos en el epílogo y todavía ni hemos acabado el prólogo de este relato. La historia de Díaz con la poesía comienza con esta siendo muy pequeña, admirando el buen gusto de su padre, el cual tenía un gran conocimiento en arte y filosofía. Esto la llevaría a interesarse cada vez más por la cultura y a “probar suerte en un concurso que organizaba el I.E.S. Airén sobre poesía”, uno en el que si bien no ganó, le removió algo por dentro.

Con la excusa de querer perfeccionar su rima, la joven tomellosera empezó a tomarse más en serio la poesía y a escribir aquello que le rondaba la cabeza o la afligía, “empecé a verbalizar a través de Wattpad todos aquellos pensamientos y sentimientos que por aquel entonces sentía”. Tiempo después y con la cabeza algo más asentada, Elena Díaz se puso el reto de intentar algo más ambicioso, crear y publicar su primer poemario.

¿El resultado? Adrede, pero sin querer, una obra escrita en el año 2020 y publicada en el 2022 que refleja en palabras de su autora “mi juventud, y, por tanto, la falta de madurez que manifestaba en ciertos sentidos sobre algunos temas”. No obstante y a pesar de la sinceridad de sus palabras, la autora se halla muy orgullosa de su poemario, ya que “si bien no me siento identificada con todos los poemas que escribí, creo que reflejan lo mucho que puede llegar a cambiar una persona a lo largo de unos pocos años”.

La obra, a pesar de sus pormenores, muestran la autenticidad con la que la autora la escribía. Unos poemas exentos de efectismo que le mostraron a Elena Díaz la crudeza de publicar en una editorial hoy en día, “tuve muchos problemas para sacar adelante mi poemario, la editorial cambió la portada original, la comunicación era nefasta, el formato ebook tuvimos que pagarlo mi ilustradora y yo para que saliera adelante, en general me sentí un poco estafada”.

¿Una piedra en el camino… o una oportunidad para aprender?

Esta experiencia resalta aún más si cabe la frase dicha por Díaz de “la poesía y la literatura en general está muy maltratada hoy en día”, algo que ella misma ha sentido en su propia carne con la publicación de este poemario, que, sin embargo, no le ha quitado las ganas de crear más proyectos culturales. Como bien expresa la poeta, “con Adrede, pero sin querer, he visto que no he conseguido aterrizar en los lectores todo aquello que quería comunicar, quizá por mi inexperiencia. Por ello, en el nuevo poemario en el que me encuentro trabajando quiero tratar un tema que está muy presente en nuestra sociedad como es la depresión en la postmodernidad”.

En él, Elena Diaz quiere manifestar lo ‘enferma’ que se halla la sociedad, más concretamente las generaciones jóvenes, como consecuencia de un sistema explotador y mercantil donde se ha normalizado que una persona no tenga estabilidad económica y mental en su día a día. La poeta confiesa “lo oscuro y la crudeza de este tema. Sin embargo, creo que la poesía también debe ser esto, no solo palabras bonitas y vacías, sino también una ventana hacia la realidad que vivimos”.

Dicho esto, si bien la tomellosera no duda en embarcarse en algún momento de su vida en otros formatos literarios como la novela o el cuento, por ahora prefiere seguir perfeccionando la calidad de sus textos, unos textos donde ella misma ha encontrado “la libertad que hoy muchos carecemos”. Para Elena Díaz crear poesía no es un simple hobby, es una manera de “comprender la vida, de darte cuenta de que aquello que sientes puede ser plasmado en una hoja física y digital y que quizá consigas remover un poco la vida de aquella persona que te lee”.

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