Su larga trayectoria como activista en distintos foros, con puestos de importancia a escalas regional, nacional y europeo, no le ha supuesto beneficios personales de ninguna clase, siendo uno de los escasos ejemplos de comportamiento honesto. Ha venido entregando su tiempo, su energía y su talento a las causas en las que cree, independientemente de que dichas causas defiendan unos intereses que no son los de la mayoría y no siempre solidarias.
Se le debe, entre otras cosas, aglutinar entorno así a un grupo de familias para poner en marcha una cooperativa, que supuso un revulsivo en su momento por su estilo de gestión, sus logros en el campo enológico, y un impulso para el vino de La Mancha, en general, tan necesitado de propuestas que la lleven un poco más allá del granel y la venta a saldo.
Solo le queda a este pollo felicitar al homenajeado y a su compañera de vida, la entrañable Santi, que tiene mucho que ver en todo esto.
Como decía Brech hay hombres necesarios y hay imprescindibles. Fernando está entre estos últimos para todos aquellos que le conocemos y hemos tenido la suerte de trabajar a su lado.
Lo dicho. ¡Felicidades!