Estos días, los españoles estamos siendo testigos de uno de los tantos cambios de opinión de Pedro Sánchez. Un nuevo giro de timón del capitán de nuestro barco. No iba a haber pacto con Bildu, y lo hay. No iba a haber pacto con los independentistas, y lo hay. No iba a haber eliminación del delito de sedición, y la hubo. No iba a haber indultos, y los hubo. No iba a haber amnistía, y la habrá. Ya saben qué viene después…
Todo como excusa para que no gobierne el Partido Popular. “O amnistía o Gobierno del PP” es lo que dicen muchos socialistas. Y debo reconocer que me inquieta bastante que, quien tiene como objetivo representarnos a todos los españoles, presente como única alternativa a que gobierne el Partido Popular, que fue la opción política que obtuvo la confianza de la mayoría de españoles, el incumplimiento flagrante de la Constitución…
Por mantener el símil del principio, hoy somos una Nación que navega a la deriva, con una única brújula, la ambición desmedida de una persona que está dispuesta a hipotecar nuestro futuro y el de las generaciones que están por venir con tal de mantenerse medio minuto más en el Palacio de La Moncloa. Los españoles estamos presos ante los chantajes a Pedro Sánchez de los independentistas y los filoetarras. El PSOE está negociando con quienes juró y perjuró que no pactaría. Aquellos a quienes se les aplicó el artículo 155 de la Constitución, con el voto a favor del PSOE para hacer que Cataluña volviese a la senda de la legalidad en 2017, aquellos que hace unos meses eran el “Le Pen catalán” y, lo que es aún peor, aquellos que aún no condenan los asesinatos cometidos por la banda terrorista ETA.
Somos muchos los jóvenes que estamos preocupados por el devenir de nuestra Nación y que tememos las consecuencias del paso de Pedro Sánchez por el Gobierno de España. Somos muchos los jóvenes que el domingo 12 salimos a la calle para concentrarnos junto a miles de vecinos de Castilla-La Mancha por la igualdad entre todos los españoles y contra los pactos de la vergüenza del PSOE con los independentistas.
En las plazas de todas las ciudades de nuestro país, reclamamos una España en la que se respete la separación de poderes, el Estado de Derecho y la Constitución, en la que se cumpla la ley, en definitiva, en la que cada uno asuma las consecuencias de sus actos. Los jóvenes luchamos por una causa legítima, reivindicamos igualdad, justicia y responsabilidad. Y ya aviso de que no nos van a parar.
Debo apuntar, no obstante, que a lo largo de la concentración vi a muchos vecinos que apelaban al presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, y a los parlamentarios nacionales de la federación socialista castellanomanchega, para que pusieran freno, con sus 8 votos en el Congreso de los Diputados, a este disparate. Gente inocente que desconoce la trayectoria de nuestro ínclito presidente. Page habla, habla mucho, pero a la hora de la verdad… no le avalan los hechos y, una vez más, lo hemos comprobado arrodillándose él y sus diputados ante Sánchez.
No obstante, somos muchos los que estamos convencidos de que la ley de amnistía va a salir adelante, de que la condonación de los 15.000 millones de euros de Cataluña (más los intereses) va a salir adelante, como ha salido adelante la investidura de Pedro Sánchez, basada en el pacto de la vergüenza. Y van a salir adelante porque los diputados del PSOE de Castilla-La Mancha han votado a favor en el Congreso de los Diputados, uno detrás de otro. Sin inmutarse. Porque lo único que les importa es, ya no que Pedro Sánchez sea presidente, mucho o poco tiempo, o deje de serlo, sino que ellos mantengan su escaño.
Les da igual el interés de Castilla-La Mancha y el de España. Les da igual que el bienestar y los derechos de ciudadanía de los vecinos a los que representan sean la moneda de cambio. Les da igual que haya un cambio de roles y que se acuse a quienes juzgaron a los que, en 2017, intentaron dar un golpe de Estado en España, de perseguir causas políticas con los medios judiciales (el famoso “lawfare”). Les da igual que se atente contra la Constitución que juraron cumplir y hacer cumplir, y que se ponga en peligro el Estado de Derecho y la separación de poderes en España. Les da igual crear una España de primera y otra de segunda, una España de barreras, una España rota.
Hace unos meses, Page aseguró que “antes de que se rompa España, se rompe el PSOE”. Pero yo tengo claro que esta afirmación no es más que una de sus frases vacías y grandilocuentes, tan claro como que el PSOE no se va a romper nunca, desde luego, no por Emiliano García-Page, porque si se rompe el PSOE, se les rompe el bolsillo, y no parece que estén por la labor.
Confiad en la fortaleza de nuestra gran Nación porque aún no ha nacido ningún socialista capaz de acabar con ella, pero perded toda esperanza en Page, porque una vez más se ha quedado mirando mientras su jefe, Pedro Sánchez, mercadea con España por un puñado de votos.